El viaje del alma

El alma no tiene raza, no tiene religión, solo conoce el Amor y la Compasión.
Todos somos seres divinos, hace miles de años que lo sabemos, pero nos hemos olvidado y,
para volver a casa tenemos que recordar el camino. BRIAN WEISS




jueves, 13 de febrero de 2014

El tiempo sin tiempo


El arte de vivir (IV)
            Hubo un tiempo en el tiempo en el que todos los seres humanos vivían en la Luz. Bien podríamos llamar a ese tiempo “el tiempo sin tiempo”, porque nadie tenía miedo a la muerte, sabían que no existía, sabían que eran eternos, sabrán que eran inmortales, no había por tanto lugar para el miedo al dolor, ni para el miedo a la enfermedad. No existía la mentira, ni el egoísmo, ni la manipulación de un ser por parte de otro, no había esclavitud, ni hambre, ni sufrimiento. Todo era paz, todo era amor, todo era alegría. Existía una total conexión entre todos los seres humanos, por lo que el bien de uno era el bien del otro, era el bien común.
            Sin embargo, con el paso del tiempo comenzaron a hacerse presentes los egos individuales, comenzó la separación, comenzó el dolor, comenzó el sufrimiento y con todo eso, comenzó el miedo, desconectándose cada ser, poco a poco, y cada vez más, de la Luz. Ayudando a todo esto que los ignorantes, los mafiosos, los inútiles, comenzaron a ocupar cada vez más altos cargos políticos, sociales y religiosos, hasta coparlos todos, manipulándolo todo, sirviéndose de la televisión para adormecer a las conciencias, con deportes, programas de entretenimiento basura, insensibilizando a la sociedad con las noticias diarias de guerras, desastres, enfermedades, caos y muertes, generando en las poblaciones deseos inalcanzables con los programas sobre las vidas de los ricos y famosos, utilizando a las religiones para cercenar el crecimiento moral, ético y espiritual, con sus discursos sobre el pecado, el castigo y el subsiguiente miedo.

            ¡Basta ya!, tenemos que hacer que el caos y la confusión dejen de impregnar el mundo. ¡Basta ya!, tenemos que acabar con la dictadura de dolor y de maldad que prevalece sobre el ser humano. ¡Basta ya!, tenemos que acabar con el miedo que paraliza a la mayoría de la gente, acabar con el egoísmo, acabar con el separatismo. ¡Basta ya!, tenemos que volver a imponer el respeto por la vida, el respeto por el planeta, el respeto por el ser humano. ¡Basta ya!, tenemos que acabar con el consumismo y el materialismo. ¡Basta ya!, de iconos de moda que sólo son muñecos de paja. ¡Basta ya!, tenemos que hacer que prevalezca el lado positivo. ¡Basta ya!, de gobernantes inútiles
            Tenemos que volver a ser libres, que no se tache de loco al que quiere salirse del sistema, de este sistema materialista, enfermo y caduco que nos mantiene separados de Dios.

            Es momento de elegir, a los que tenemos la posibilidad de votar por nuestros gobernantes, a los íntegros, a los sabios, a los que aun mantienen cierta conexión con la Luz, a los que sin abandonar el progreso material nos guíen en el progreso espiritual, en el progreso ético, en el progreso moral. Es momento de dejar a un lado la soledad. Es momento de comenzar a caminar hacia Dios.
            Que nuestros primeros pasos sean ver a los demás como si fuéramos nosotros mismos, no desear para nadie lo que no queremos para nosotros, evitando la crítica mental, eliminando las palabras ofensivas, sirviendo y ayudando a todos. Y sobre todo empezando a educar a nuestros pequeños, son nuestros dirigentes del futuro, enseñándoles con nuestro ejemplo, desterrar el miedo de la enseñanza, enseñarles en el Amor, hacia el prójimo, hacia sí mismos, hacia Dios.

            Es posible que haya seres irrecuperables, soy consciente de eso, pero que al menos, ellos también vean nuestras acciones de Amor, al menos algo irán aprendiendo, aunque sea para próximas vidas. Que no nos haga desfallecer su posible rechazo, que seguro va a existir. Son ellos los que necesitan más ayuda, recordar las parábolas de Jesús: “el hijo pródigo”, o “la oveja perdida”.
            La recuperación de la Luz está en manos de los que creemos que existe, de los que creemos que se puede volver a Ella. Recuerda que el cambio de una persona puede afectar al mundo, al menos va a afectar al propio entorno, y así, poco a poco, podemos conseguir reencontrarnos con Dios, utilizando menos generaciones de las que los manipuladores han necesitado para separarnos de Él.

sábado, 8 de febrero de 2014

Volver al Origen


  El arte de vivir (III)
              Es mucho lo que la humanidad ha sufrido por la pérdida del contacto directo con el Origen, por la pérdida del contacto directo con Dios.
            Civilizaciones desaparecidas hace miles de años tenían ese contacto, pero por causas desconocidas para la humanidad actual, de la noche a la mañana se perdieron sus enseñanzas, su sabiduría y su manera de vivir con su destrucción.
            A lo largo de la historia de la humanidad ha habido Grandes Seres, (Buda, Zaratustra, Jesús, Mahoma, Abraham), que de manera independiente mantuvieron ese contacto Divino, es decir, vivían permanentemente en un estado de conciencia expandida.
            Sin embargo la enseñanza de esos Grandes Hombres no fue del todo entendida, e incluso, en la mayoría de los casos, su enseñanza fue malinterpretada y tergiversada por los que se proclamaron y se siguen proclamando, como sus sucesores, por lo que su mensaje, que no era otro que el despertar de las conciencias, no llegó al corazón de las gentes, quedando en la superficie de las conciencias, casi como una anécdota más, o como una fecha en el calendario, que podemos rememorar y celebrar cada año, habiéndose convertido en un vodevil consumista.
            En la actualidad existen también seres independientes, escritores, investigadores de antiguas civilizaciones, expertos en filosofía oriental, expertos en religiones, maestros de yoga, guías de meditación, entre otros, que también lo intentan, pero la sociedad actual los engulle dentro de su acervado capitalismo, para convertirlo, más o menos disfrazado en un nuevo negocio, “el negocio espiritual”.
            La teoría para volver a conectarnos con el Origen, para volver a conectarnos con Dios, es sencilla, e incluso la práctica para conseguirlo, no parece excesivamente difícil. SOLO ES CUESTIÓN DE CREENCIA, solo es cuestión de creer que todo es Dios, y de manera inmediata, nos veremos imbuidos por la Energía Divina.
            Sentir el canto de Dios en el trinar de los pájaros, sentir el Soplo Divino cuando las rachas de viento golpean en la cara, creer que nos sentimos en el Útero Divino cuando entramos en la inmensidad del océano, sentir los Latidos de Dios cuando nuestro corazón se acelera se la cima de una montaña, ver la Mano Creadora de Dios en la apabullante hermosura de la Naturaleza, comprender la perfección de Dios en el Orden del Universo, son sólo algunas de las maneras para impregnarnos, poco a poco, en la Energía Creadora.
            Nuestra esencia tiene el mismo origen que el Poder Creador de las montañas, de los océanos, de la naturaleza. La vida, en todas y cada una de sus múltiples formas, procede de Dios.
            La vida no es un accidente fortuito y aislado para cada ser. La vida no comienza con la concepción de un cuerpo, ni finaliza con la destrucción de este. La vida es una experiencia continua de una forma de energía, que denominamos conciencia. La conciencia no es más que el conocimiento que cada tiene de lo que es. Sin embargo, la conciencia puede encontrarse en diferentes estados, desde el aletargamiento más absoluto, en el que el ser humano se cree que es un ser independiente, separado de todo, en el que tiene que defender su espacio, hasta la expansión total, en el que el ser vive y actúa, desde el conocimiento de su conexión con todo lo creado, desde su conexión con Dios. En uno y otro estado, podemos encontrar un sinfín de variantes que determinan el acercamiento o la lejanía que cada ser tiene con el Origen.
            Existen organizaciones desconocidas para el mundo, independientes de los gobiernos del mundo, independientes de países y religiones, que son los que realmente mueven los hilos de las conciencias, son los que realmente mueven los hilos de la sociedad, manteniendo a esta bajo un régimen dictatorial, bajo el régimen del miedo, que es el extremo más alejado del Creador, es el opuesto a la Verdad, es el opuesto al Amor, que es la esencia de cualquier forma de creación. Pero como lo único que persiguen es mantener subyugada a la sociedad, no hay mejor método para la subyugación que el miedo, y a su través van moviendo a las masas hacia el lugar que les interesa para conseguir sus objetivos, que no son otros que la dominación de la sociedad para llenar sus bolsillos, como si fueran “materia eterna”, ya que sus mentes es posible que sean privilegiadas, pero sus conciencias se encuentran en la oscuridad más absoluta.
            Estas organizaciones en la sombra, envuelven el miedo en papel de regalo, y con eso que parece un regalo pueden conseguir de la sociedad cualquier cosa, porque esta no piensa, porque la sociedad vive aletargada, y es muy fácil dirigir al durmiente. Con el mismo papel de regalo envuelven a la sociedad, diciéndoles lo que está bien y lo que está mal, y que para conseguir el bien deben seguir sus directrices, y el pueblo las sigue, llegando a comer arena del desierto, si eso es lo que les venden.
            En su pseudoventa, explican que ha de hacer la sociedad para conseguir la felicidad, que es lo que todo ser humano busca desesperadamente, y eso que enseñan es justamente lo contrario de lo que se debería hacer para ser feliz, pero la sociedad dormida, será capaz de ir al desierto para beber la arena que les venden, sin llegar, tan siquiera, a dudar de si es correcto o va en contra de sus propios intereses.
            La espiritualidad se ha mercantilizado, y la espiritualidad, que no es más que ser conscientes, no es un asunto de mercadeo. Es un asunto de creencia.
            Y la creencia tiene un primer peaje: Para unirse al Origen, primero ha de conocerse cuál es ese Origen. Difícilmente se puede ir del punto A, al punto B, si el punto B no se conoce. Primero ha de conocerse, después creer que es posible llegar, integrarlo, es decir aprender el camino para comenzar el viaje.
            El avance, es entonces seguro, caminando bajo la premisa de actuar sobre  lo que ya somos. Somos hijos de Dios, y cada paso que demos en ese convencimiento, es un paso seguro. ¿Cómo caminan los hijos de Dios?, caminan amando, respetando, sirviendo, viéndose a sí mismos, a cada paso, reflejados en el otro. Casi toda la ayuda que nos venden, incluso gentes de buena voluntad, ayuda, pero no es imprescindible, y si tan siquiera necesario, porque el croquis del camino ya está integrado en nosotros, no necesitamos comprarlo. Porque el hábito no hace al monje, al monje le hacen sus acciones.
            ¡Por sus acciones les conoceréis!, dijo Jesús. No es necesario vestirse de blanco, ni de amarillo, ni de morado.  No es necesario asistir a las mejores escuelas de yoga, ni a los oficios religiosos, no es necesario aislarse en una gruta, ni asistir a cursos y conferencias. El movimiento, como decía Zenón de Elea, se demuestra caminando.
            Cree, ama y actúa desde el Amor. Todo lo demás llegará por añadidura.          

lunes, 3 de febrero de 2014

Esperar..... esperar


La única espera importante
es la cita que tenemos con nosotros mismos
desde el momento de nuestro nacimiento.
Hari Krishan. 
Quien no tiene que esperar, de nada debe desesperarse.
Séneca
¿Por qué aguardas con impaciencia las cosas?
Si son inútiles para tu vida, inútil es también aguardarlas.
Si son necesarias, ellas vendrán y vendrán a tiempo.
Amado Nervo.
Esperar……. Esperar……. ¿Quiénes de los que estáis leyendo esto no estáis en este momento esperando algo?: ¿La pareja ideal?, ¿Separarte de tu pareja?, ¿El viaje de vacaciones?, ¿Qué llegue el verano, o el invierno?, ¿Qué te toque la lotería?, ¿La contestación a la petición de trabajo?, ¿Alcanzar la iluminación en tu próxima meditación?, ¿Esperando un hijo?, ¿Qué llegue el fin de semana?, ¿Qué llegue la noche para cenar?, ¿Esperando la cita con tu medico?, etc., etc., etc. Todos estamos esperando algo, y casi todos estamos esperando de manera permanente.
            Y ¿Cuánto tiempo de tu vida has pasado sin esperar nada?, no mucho ¿Verdad?
            Existen esperas de todos los tipos, materiales, emocionales y espirituales. Da igual el tipo de espera, porque la espera genera sentimientos de todo tipo: Miedo, estrés, angustia, alegría, ansiedad, dudas, emoción, y un sinfín de sentimientos más, que, normalmente, salvo contadas ocasiones, nos afectan negativamente.
            Y ¿Qué hacer?, porque ya sabemos que para no esperar, hay que eliminar los deseos, pero entiendo que es muy difícil, o por lo menos es muy difícil eliminarlos todos. ¿Qué hacemos entonces? 
            Podemos intentar dos cosas: Por un lado lo conocido, ¡Paciencia!, porque la paciencia nos puede dar la fuerza para soportar cualquier espera, cualquier contratiempo, cualquier contrariedad.
Y por otro lado, analizar serenamente aquello que se espera: ¿Para qué es necesario?, si hasta este momento he vivido sin “eso”, podré seguir viviendo igual. Este pensamiento nos sirve para la generalidad de un deseo material, pero existen esperas más conflictivas, como ejemplo, puede servirnos un problema de salud: Ante esperas de este tipo, nos queda la “aceptación”. Si somos creyentes, nos puede servir el pensamiento: “Es la voluntad de Dos”. Si no lo somos, o en cualquier otra situación: ¿Para qué sufrir si no está en mis manos la solución? ¡Será lo que tenga que ser!, ya que cualquier sentimiento negativo aun afectará más negativamente a la salud.
De cualquier forma hemos de pensar que “todo está bien”, “que siempre es lo que tiene que ser”. Y para llegar a integrar esa creencia en nosotros, hemos de realizar un viaje a nuestro interior. De hecho, la única espera importante es la cita que tenemos con nosotros mismos desde el momento de nuestro nacimiento. Todas las esperas sólo son producto de la insatisfacción producida por el desencuentro con nosotros mismos.
Medita para encontrarte y dejarás de esperar.

domingo, 2 de febrero de 2014

Hablemos de Dios


El arte de vivir (III)
Oración es cuando usted le habla a Dios;
meditación es cuando usted escucha a Dios.
Diana Robinson 

Los caminos de Señor son inescrutables. Pretendía escribir sobre Dios, pero creo que Dios decidió hoy el tema, y me hizo llegar de manera inopinada hasta estos dos cuentos que vienen a continuación, que por supuesto no son míos, pero tampoco se de quien son. Que me perdonen los autores. 

 En cierta ocasión una profesora, al explicar el origen de las especies, preguntó: “¿De dónde procede el hombre?”. Y un niño respondió: “El hombre ha sido creado por Dios”. A lo que la profesora respondió: “Eso lo dice la fe, pero no la ciencia, porque la ciencia nos dice que Dios no existe. Te lo voy a demostrar con un experimento. A ver, Tommy, ¿Ves ese árbol de ahí fuera?”. Respondió el niño: “Sí”. “Y el césped, ¿Lo ves?”. “Sí”, contestó el niño. “Ahora sal fuera y mira al cielo, ¿Lo puedes ver?”. Tommy respondió: “Sí, lo puedo ver”. “¿Ves a Dios?”, preguntó la profesora. “No”, dijo el niño. “No podemos ver a Dios, porque no existe”, concluyó la profesora.
Entonces otra niña de clase preguntó a su compañero: “Tommy, ¿Ves ese árbol de ahí fuera?”. “Sí”, respondió otra vez el niño. “Y ¿Ves el césped”. “Síiiiiiiiiiiiii...”, respondió cansado de todas esas preguntas. “¿Puedes ver a la maestra?”. “Sí”. “Y ¿Ves su cerebro?”. “No”, respondió Tommy. “Entonces la maestra no tiene cerebro”, concluyó la niña.
ENTREVISTA A DIOS
Soñaba que estaba haciendo una entrevista a Dios.
-          ¿Así que quieres entrevistarme?
-          Bueno, le contesté, si tienes tiempo...
Se sonríe y dice:
-          Mi tiempo se llama Eternidad y alcanza para todo; ¿Qué preguntas quieres hacerme?
-          ¿Qué es lo que más te sorprende de los hombres?
o   Que se aburren de ser niños, apurados por crecer, y luego suspiran por regresar a ser niños.
o   Que primero pierden la salud para tener dinero y después pierden el dinero para recuperar la salud.
o   Que por pensar ansiosamente en el futuro, descuidan su hora actual, con lo que no viven el presente ni el futuro.
o   Que viven como si no fueran a morirse, y se mueren como si no hubieran vivido.
Sus manos toman fuertemente las mías y seguimos en silencio.
Después de un largo tiempo, le dije:
-          ¿Me dejas hacerte otra pregunta?
No me respondió con palabras, sino sólo con la ternura de su mirada.
-          Como Padre, ¿Qué es lo que le pedirías a tus hijos?
o   Que aprendan que no pueden hacer que alguien los ame. Lo que sí pueden hacer es dejarse amar.
o   Que aprendan que lleva años construir una confianza y sólo segundos destruirla.
o   Que aprendan que no es bueno compararse con los demás.
o   Que el rico no es el que más tiene, sino el que menos necesita.
o   Que aprendan que deben controlar sus actitudes, o sus actitudes los controlarán.
o   Que bastan unos pocos segundos para construir heridas profundas en las personas que amamos, y que pueden tardar muchos años en ser sanadas.
o   Que aprendan que perdonar se aprende practicando.
o   Que hay gente que los quiere mucho, pero que simplemente no sabe cómo demostrarlo.
o   Que los amigos de verdad son tan escasos, que quien ha encontrado uno, ha encontrado un verdadero tesoro.
o   Que no siempre es suficiente ser perdonado por otros; algunas veces deben perdonarse a sí mismos.
o   Que aprendan que son dueños de lo que callan y esclavos de lo que dicen.
Que de lo que siembran, cosechan. Si siembran chismes, cosecharán intrigas; si siembran amor, cosecharán felicidad.
o   Que aprendan que la distancia más lejos que pueden estar de Mí es la distancia de una simple oración..., y que sepan que estoy con ellos siempre.
Y así, en un encuentro profundo, continuamos en silencio.

sábado, 1 de febrero de 2014

La paja en el ojo ajeno


En una mano lleva la piedra, y con la otra muestra el pan.

Tú, hipócrita, saca primero la viga de tu propio ojo,
 y entonces verás mejor para sacar la mota del ojo de tu hermano.
Mateo 7:1  

            Los seres humanos tenemos una habilidad especial que no suele ser mencionada en ningún tratado de fisiología: Es una especie de “visión a ciegas”. Somos capaces de ver una motita en el ojo de nuestro hermano con una visión completamente obstaculizada por una viga de enormes dimensiones en nuestro propio ojo.
            Y con esa visión especial, encontrar una aguja en un pajar no suele ser ningún problema, siempre y cuando la aguja sea un defecto y la paja un buen número de virtudes. Somos capaces de reconocer un defecto entre mil virtudes, y además ser ciegos para las virtudes, haciendo una auténtica disección del defecto, analizando las causas, y después de haber masacrado con la palabra al portador del defecto, le podemos ofrecer, con la mejor de nuestra falsa sonrisa los remedios para curar su mal.
            Más que seres humanos tendríamos que llamarnos seres hipócritas, porque somos capaces de fingir creencias, sentimientos, cualidades, opiniones y virtudes que no tenemos, y hablar de ellas como si fuéramos expertos, cuando ni tan siquiera las practicamos. Somos capaces de cambiar una cara que juzga con dureza a una dulce sonrisa en un instante, solo por el mero hecho de ver aparecer “nuestro reo”. Somos capaces de enseñar un pan con una mano, mientras arrojamos piedras con la otra.
Criticando a los demás, lo único que hacemos es esconder nuestros auténticos sentimientos, nuestras verdaderas limitaciones, simular virtudes que no tenemos, y ocultar  defectos reconocidos por nosotros mismos.
¿No sería mejor sacar primero la viga de nuestro ojo, para ver con mayor claridad la paja en ojo ajeno?, ¿Qué pasaría si nos dedicáramos a alabar las virtudes de los que nos rodean, en lugar de resaltar los defectos?, ¿Qué pasaría si primero limpiáramos nuestra casa, antes de criticar la suciedad en casa de los otros?
Para limpiar primero tu casa, te propongo un juego. Diles a tu familia y a tus amigos que te escriban en un papel, aquello que menos les agrada de ti, (por supuesto ruégales que sean honestos). Recíbelo sin juicios, sin críticas y sin justificaciones. Analízalo, y comienza a trabajar para cambiarlo, porque si eso es lo que opinan de ti, eso lo que eres, con independencia de lo que tú opines sobre ti mismo.
El vídeo d’avui està dedicat, amt tot el meu cor als sabadellencs.

viernes, 31 de enero de 2014

Ciclos de vida


            Un ciclo es un espacio de vida, sin duración definida en el tiempo, en el que la persona desarrolla ciertas actividades, rodeada de un determinado grupo de personas. Así mismo, dentro de cada ciclo pueden establecerse una especie de miniciclos que son situaciones que se repiten, y se repiten, y se repiten hasta el aburrimiento en la vida de la persona, casi como si de un mal sueño se tratara. Estos miniciclos sólo son lecciones no aprendidas, y podemos tener claro que se van a repetir una y otra vez, sin ningún tipo de misericordia.  
            El mayor de los ciclos, es el tiempo que comprende una vida, y de la misma manera que no permanecemos eternamente en la vida de la materia, no hemos de intentar permanecer tampoco en ninguno de los ciclos o etapas que comprende la vida. Intentar permanecer más tiempo del necesario hace que empiecen a no funcionar las cosas, hace que perdamos la alegría y la ilusión.
            No tenemos normalmente mucha conciencia de la finalización de las etapas, salvo casos excepcionales, en los que se siente que el ciclo en el que nos encontramos ha finalizado. Tenemos, por tanto, que permanecer atentos a las señales, que pueden ser de diferentes tipos, en función del tipo de etapa finalizada. Dichas señales, como pueden ser aburrimiento, desgaste excesivo en relación con personas, trabajo o cualquier otra actividad, son los síntomas de que debemos cerrar una puerta y encararnos hacia la siguiente.
            La finalización de cada etapa lleva consigo el inicio de un nuevo ciclo, y para eso, en función del tipo de cambio, no está preparada la sociedad, ni por supuesto nosotros, que somos una parte de esa sociedad. A la sociedad le gusta vernos revolcarnos en la miseria del presente, antes de aceptar cualquier tipo de cambio. Así, mientras nos revolcamos, la sociedad puede sentirse útil culpabilizándonos, compadeciéndonos y dándonos consejos. Sin embargo, si encaramos nuestra vida y realizamos los cambios que demanda nuestro corazón, ya tienen la frase preparada: “Estás loco”.
            No aceptar la finalización del ciclo y cerrar bajo llave la puerta de la etapa anterior, supone un desgaste de energía enorme, que hace que físicamente la persona deje de vivir para empezar a vegetar. Caminar dejando puertas abiertas, “por si acaso”, impide una vida plena.
            La vida es un continuo, y aferrarse a una etapa acabada es tratar de detener la vida, y la vida no se detiene. Aferrarse a una etapa finalizada puede hacer que la propia vida se pudra y huela tan mal como el agua estancada.
            No se puede vivir añorando situaciones del pasado. Hay que soltar las amarras, hay que cerrar los círculos, hay que cerrar las puertas. Es importante deshacerse de recuerdos, cambiar de casa, de ciudad, de país si la situación lo requiere, hay que romper documentos, romper fotos y regalar libros.
Hay que tener en cuenta que negar los cambios es negar el propio crecimiento interior, porque los cambios externos pueden ser sinónimo de procesos internos de crecimiento.
Recuerda que nada ni nadie es imprescindible, y quien siente eso, solo son apegos. Deja que fluya la vida, suelta, despréndete de lo innecesario, cierra puertas, clausura, oxigénate, vive.

 

miércoles, 29 de enero de 2014

¿Donde ha quedado la compasión?


            Buscando información sobre las masacres realizadas en Siria, (donde en casi tres años de guerra han muerto 115.000 personas, de los que 11.000 eran niños, y donde seis millones de personas han tenido que huir de sus hogares), he ido un poco más allá, mirando cifras globales:
  • 100.000 personas mueren de hambre al día.
  • Cada 5 segundos un niño menor de 10 años muere por falta de alimento.
  • Más de 1.000 millones de personas viven actualmente en la pobreza extrema (menos de un dólar al día); el 70% son mujeres. El 23% en la Europa desarrollada.
  • Más de 1.800 millones de seres humanos no tienen acceso a agua potable.
  • 840 millones de personas malnutridas, de los que 200 millones son niños menores de 5 años.
  • 2.000 millones de personas padecen anemia por falta de hierro.
  • 880 millones de personas no tienen acceso a servicios básicos de salud.
  • 2.000 millones de personas carecen de acceso a medicamentos esenciales.
  • En la actualidad hay 22 países en guerra, en los que 26 millones de sus ciudadanos han tenido que refugiarse fuera de sus hogares.
Es posible que seamos capaces de leer estas cifras sin que se nos encoja el corazón hasta secarse. Detén un momento la lectura y observa la foto:


             Sólo es una, pero son 200 millones los niños que como este están pasando hambre en el mundo.
Y mientras tanto, las personas que podían arreglarlo, los dirigentes políticos, miran para otro lado, enriqueciéndose y favoreciendo a sus familiares, amigos y comparsas. Pero la culpa no la tienen ellos, la tenemos todos, sobre todo los que vivimos en países democráticos, que dejándonos engañar por canticos de sirenas, les votamos una y otra vez. A veces, cambian el collar, pero siguen siendo los mismos. Incluso en vez de unir, separan. Llevan muy bien a la práctica la frase de divide y vencerás.
La política, por definición, es una rama de la “moral”, que se ocupa de la actividad, en virtud de la cual una sociedad libre, compuesta por hombres libres, resuelve los problemas que le plantea su convivencia colectiva.
Es una pena, es seguro que los políticos que gobiernan el mundo no saben cuál es la definición de su oficio. Si lo supieran, y fueran consecuentes con su oficio, no habría fotos como las anteriores.
¿Dónde se ha quedado la compasión?, ¿Te acuerdas de ese sentimiento humano que se manifiesta a partir del sufrimiento de otro ser? La sociedad ha conseguido que seamos insensibles. Ya no sólo no nos conmueven esas grandes cifras, sino tampoco las pequeñas: la persona que se suicida porque el banco la ha arrebatado su casa, las familias que se quedan en la calle, sin ayuda, porque un incendio ha destruido sus viviendas, las familias en las que ningún miembro trabaja y no entra en casa ningún sueldo, etc., etc.
Y ¿Qué podemos hacer los pobres mortales de a pie, si los que tienen que hacerlo, y podrían hacerlo, son insensibles y desprecian a sus conciudadanos? Podemos hacer mucho:
En primer lugar, los que vivimos en países democráticos, podemos no regalar nuestro voto a los que mienten, a los corruptos, a los que dividen, a los que prevalican, a los que van privando de derechos a sus conciudadanos, y a tantos y a tantos arribistas que no saben cuál es la definición de su trabajo y nos desprecian a todos olímpicamente.
Y en segundo lugar ayudar, la compasión va normalmente combinada con un deseo de aliviar o reducir el sufrimiento del otro. ¿Ya das el 10% de tu sueldo como diezmo para ayudar a los que nada tienen?, ¿Ya dedicas el 10% de tu tiempo libre en servicio?
La compasión no es decir “pobre gente”, es tratar de aliviar ese sufrimiento. En tus manos está que se alivie en algo el sufrimiento de tantos y tantos millones de personas.

viernes, 24 de enero de 2014

El Plan Divino. (Meditación: La mente neutral)


El arte de vivir (II)     
En la anterior entrada sobre “El arte de vivir” utilizaba el símil de que la Tierra es un enorme escenario en el que cada persona interpreta el papel de su vida, y que para la escenificación de ese papel, cada uno de los actores tiene su actuación planificada, organizada, consensuada y aceptada con su Director.
            Y que el Director no es más que el mismo Dios, y que el libreto de la obra es, ni más ni menos, que el Plan Divino.
Tanto nuestra vida, como nuestro cuerpo, han sido diseñados, con nuestra colaboración y consentimiento, para llevar a cabo un plan que concuerda completamente con el Plan Divino. Por lo tanto, ya podemos estar seguros de que el plan para nuestra vida, es perfecto, sin errores. Ninguno de los mortales estamos abandonados a nuestra suerte: Todo ha sido perfectamente planificado, tanto las vidas agradables, como las vidas duras, todo está perfectamente milimetrado. Lo único que tenemos que hacer, es ser conscientes de eso y aprovechar cada oportunidad para extraer las enseñanzas y asimilarlas. 
Es cierto que, a veces, parece que la vida es dura, demasiado dura, pero eso sólo es parte del aprendizaje que hemos decidido realizar a lo largo de esa vida. Es sobre todo en los momentos de sufrimiento cuando hemos de tener presente que el objetivo de la vida no es más que conseguir la manifestación en la Tierra del Amor Divino. Y si hemos decidido, en nuestra planificación de vida, aprender a sentir y a manifestar nuestro Amor a través del sufrimiento, así será. En esos momentos sólo queda la rendición y entregarse por completo a Dios, al Plan Divino.
Pero… ¿Cómo sé yo cual es el Plan Divino para mí?, ¿Por qué en mi hoja de ruta está marcado el sufrimiento y el Plan de mi vecino es de felicidad? Ha sido nuestra propia elección, en función de nuestras anteriores vidas. Cada vida no es independiente, no es un oasis en mitad del desierto. Cada vida está concatenada con todas las anteriores, y es en función de todos los aspectos, comportamientos, aprendizajes, servicio a los demás, etc., etc., de cada vida, que se planifica la siguiente.
            Sin embargo, es claro, que ninguno de los que pisamos el escenario de la vida  recordamos, en absoluto, cual es el papel reservado para nosotros en dicho Plan Divino. ¡Qué fácil sería si cada ser humano llevara debajo del brazo su plan de vida!, y cada mañana al levantarse consultara la página correspondiente a dicho día, para ver qué era lo establecido para el nuevo día. Aunque es muy posible que alguno se revelara y no siguiera su plan establecido, somos tan……., humanos.
Es claro que no se lleva el plan de vida debajo del brazo, pero eso no quiere decir que no tengamos conocimiento de él. El Plan Divino se encuentra integrado en el corazón de cada persona, y llega a esta una vez que la persona está dispuesta a escuchar los mensajes de su corazón. Ya….., pero ¿Cuándo está dispuesta y preparada la persona para escuchar los mensajes de su corazón? Siempre está preparada la persona para tal menester, solo depende de su disposición, y la disposición se consigue cuando consciente de su verdadera identidad, decide detener el desenfreno de su mente. Una mente en silencio es el camino más rápido para llegar al corazón, para llegar al Plan Divino.
Invertir la energía, pasar a vivir desde el corazón en lugar de hacerlo desde la mente, es la manera más rápida de alinearnos con el Plan Divino, es sentir el apoyo, el sostén y la protección que Dios nos proporciona en cada momento, pero que a causa de nuestro ruido interior no llegamos a percibir. Y en lugar de sentir a Dios, lo que tenemos son dudas y confusión, y todo ello debido a que hemos programado un plan, llamémosle humano, un plan mental, lleno de deseos, lleno de apegos y miedos.
Nuestro plan de vida humano, organizado por nuestras familias, la sociedad y nosotros mismos, es todo caos y confusión, es efímero y nos aparta del mensaje verdaderamente importante de nuestro papel dentro de la Creación.
Dios siempre nos habla y nos envía señales, pero… ¿Mantenemos el suficiente silencio para escucharle?, ¿Permitimos la entrada de Sus señales a través de la puerta de nuestro corazón, cerrando la puerta de la mente?
Nuestra mente es una jaula de grillos, en la que es imposible escuchar nada ¿Podemos escuchar el canto de un pájaro con los audífonos puestos en nuestros oídos escuchando música a todo volumen?,  ¿Verdad que no?, pues la Voz de Dios es como el canto de ese pájaro que canta dulce y suavemente, pero no llega a nosotros porque en la mente siempre está instalada esa música al máximo de decibelios que impide que el canto llegue a ella.
Percibir las señales de Dios es muy sencillo, sólo hay que permanecer en silencio, sólo hay que atravesar el espacio que existe entre nuestro pensamiento y nuestra sensación, sólo hay que aparcar el pensamiento y centrar la atención en el corazón. Ahí vive Dios en nosotros. Y para llegar no vale escuchar discursos llenos de amor, ni asistir a misas donde se hable de Dios. El ser humano ha de encontrar a Dios en solitario. Sin embargo, así como no vamos a salir en la búsqueda de un tesoro si no se sabe que existe, hemos de tener el pleno convencimiento de que Dios habita en nuestro interior para establecer contacto.
Para cerrar las puertas de la mente y abrir de par en par tu corazón, medita. Te dejo una hermosa meditación. La enseñó Yogui Bhajan, que dejó un legado extensísimo de enseñanzas, de kriyas y meditaciones hermosísimas.  
 

LA MENTE NEUTRAL

·         Es  fácil  escuchar  la  verdad,  pero  difícil vivirla,   imbuirla   profundamente  en  el  corazón y en la mente.
·         La  mente  neutral  abre  la  puerta a esa profunda remembranza del yo y el alma.
·         La  mente  neutral vive para el toque de la inmensidad.
·         Deja  que  existan los pensamientos de los demás sin que molesten la propia luz interior.
·         Llamar al Yo Superior y mantenerse firme hacia delante a través de todas las barreras.
·         Dejarse ir, fluir.
·         Observar como provee el Universo.

Postura:
· Sentado en postura fácil o en una silla, con la espalda recta.
· Suprimir cualquier tensión que se sienta en cualquier parte del cuerpo.
· Sentarse derecho, con equilibrio.

Concentración:
· Los ojos están cerrados.
· Imaginarse sentado tranquilamente y llenos de luz.
· Dejar que gradualmente esa energía se acumule en el punto de la frente, como si fluyera.

Respiración:
· Dejar que la respiración se regule a sí misma de una manera lenta y meditativa.
· Se respira siempre por la nariz.

Mantra:
· “Wa-he” “Gu-ru”.
· Hacer vibrar mentalmente un simple tono monocorde como si se cortara el sonido.
· Proyectar cada sílaba de manera clara: WA-HE GU-RU.

Significado del mantra:
· Este es el mantra del éxtasis.
· Significa: “Fuera de la oscuridad, en la luz”.

Mudra:
· Las  dos  manos en el regazo, con las palmas hacia arriba.
· Colocar la mano derecha sobre la izquierda. (Las mujeres al revés).
· Las puntas de los pulgares pueden tocarse o no.

Tiempo:
· De 11 a 31 minutos.