El viaje del alma

El alma no tiene raza, no tiene religión, solo conoce el Amor y la Compasión.
Todos somos seres divinos, hace miles de años que lo sabemos, pero nos hemos olvidado y,
para volver a casa tenemos que recordar el camino. BRIAN WEISS




domingo, 19 de diciembre de 2010

El Amor Divino y la pareja

Este es un comentario aparecido en “El viaje de la mente al corazón”.
siento confusión......amor es aceptación de uno mismo, amor es aceptación de otro tal cual es... porque entonces no podemos vivir con una persona (marido, mujer...) cuando las cosas ya no son lo que eran?.... si ahora uno ha descubierto ese Amor Divino... hay más razón para convivir desde ese Amor... y sin embargo el Alma quiere dejar ir, dejar volar... cuando uno ya no quiere vivir con alguien... donde queda el amor divino? veo que no pasa a un segundo plano nuestra propia felicidad...y que si ya el trabajo entre ambos esta hecho? no es el Amor Divino una aceptación total....? me pierdo.
Es lo suficientemente interesante como para dejar que pase desapercibido entre otros.
¿Cómo se forma normalmente una pareja? Una pareja es un compromiso que adquieren dos personas entre sí para convivir juntas, a veces, firmando unos papeles, y otras, haciendo que la religión del lugar bendiga esa unión con los rituales acostumbrados. Se da por supuesto que entre esas dos personas que deciden convivir juntas existe algo que parece fundamental: “el amor”. Pero ¿cómo es ese amor?, ¿es el Amor que se siente desde el corazón y no desde la mente?
¿Recordamos que es el Amor Divino?: Es aceptación de uno mismo, es aceptación del otro tal cual es, es dar a cambio de nada, es aquel que te hace feliz haciendo que los demás sean felices, es comprensión total, es alegría, es colaboración, es amar sin juzgar, sin culpar, sin criticar; es ver a Dios en tu pareja. ¿Es este el Amor con el que se forman las parejas?
Virginia Satir, escritora norteamericana, escribe del Amor Incondicional: "Te quiero amar sin aferrarme, apreciarte sin juzgar, unirme a ti sin invadirte, invitarte sin exigir, abandonarte sin culpa, examinarte sin culpar y ayudarte sin insultar. Si puedo recibir lo mismo de ti, entonces podremos encontrarnos y enriquecernos de verdad".
Una relación basada en el Amor Divino, es la unión de dos almas, de dos almas que saben que con su unión sólo están cumpliendo el Plan Divino; y saben también, porque el alma lo sabe todo, que esa relación es finita, que puede durar un día, un mes, un año, un lustro, o una vida física, porque el objetivo de esa relación es, como todas, acumular experiencias para el alma, dar sin medida, recibir sin pedir, sentir la emoción en el otr@, vivir de igual a igual, entregarse, y también, por qué no, liberarnos de karma.
No conozco muchas relaciones basadas en el Amor Divino, y las relaciones que no tienen como bandera ese Amor, tienen muchas posibilidades de …………….. de todo lo que conocemos……..
Volviendo al comentario: “cuando uno ya no quiere vivir con alguien... donde queda el amor divino?
El Amor Divino queda donde estaba, no existe, porque si existiera Amor Divino ya no existiría el planteamiento de sentirse mal porque la relación se haya desgastado;  y la felicidad sigue en el primer plano, porque es consustancial con el Amor Divino: Si sientes Amor Divino, si realizas el viaje de la mente al corazón, ya eres feliz, con independencia de tu pareja, de tu relación o de tu vida.
Pero has de vivir desde el corazón, y no desde la mente, un segundo tras otro, un minuto tras otro, un día tras otro. No es suficiente sentirlo durante una meditación, y ya está, no, ha de ser permanente, porque además una relación desgastada, es ideal para perder la conexión con el corazón e instalarte en la mente a una velocidad increíble.
Si tienes una relación desgastada, enfréntate a la situación, con amor, e imagina que hablas contigo mism@, di lo que te gustaría que te dijeran a ti, y dilo como te gustaría que te lo dijeran a ti. Si estás en este punto es seguro que tu pareja no sabe lo que es el Amor Divino, actúa con ternura, sin crear falsas expectativas; porque el cariño existe, que no se acabe eso también.

Enya - Amarantine

viernes, 17 de diciembre de 2010

El viaje de la mente al corazón

Estamos en el final de la civilización tal como la conocemos, la Era de Piscis; y en el inicio de una nueva civilización, la Era de Acuario. Las estructuras  de poder conocidas van a ir hundiéndose poco a poco.
Va a surgir una nueva sociedad, un nuevo estado del Ser, basado en el amor y en los valores del corazón. Va a ser una transición de lo viejo a lo nuevo, y somos todos nosotros con nuestra energía los que vamos a realizar ese cambio.
Nosotros somos una fuente andante de energía, y la energía de cada un@ tiene su efecto en el medioambiente, sin que seamos conscientes de ello.  Es esa energía la que determina todo lo que sucede a nuestro alrededor, es esa energía la que atrae las distintas cosas a nuestra vida.
Y para que se produzca ese cambio, para el resurgir de una nueva sociedad ha de cambiar nuestra energía, y esa energía cambia cuando pasamos de vivir desde la mente a vivir desde el Corazón, esa energía cambia cuando cambia la conciencia; es decir cuando cambiamos nosotros, porque la conciencia es lo que nosotros somos.
¿Qué hay ahora en la conciencia?, ¿qué es lo que tiene que cambiar?: Tenemos que ser conscientes de que estamos atados a nuestros pensamientos, para permitir que estos cambien y desaparezcan las viejas energías, y así despertar a una conciencia basada en el corazón.
Nuestra conciencia está llena de miedo, miedo al rechazo, miedo a la soledad, y necesita reafirmase a si misma constantemente, buscando siempre validación externa, buscando la aprobación del exterior; y toda nuestra vida se ha construido, de manera inconsciente, (siempre estamos en piloto automático), sobre ese miedo. Cuando la mente es nuestro centro, estamos encogidos por ese miedo y eso nos hace estar constantemente a la defensiva, siempre nos falta algo, siempre tenemos necesidad de más: Más amor, más dinero, más poder, más aceptación, más atenciones.
La base de nuestros pensamientos y sentimientos es como un agujero negro, un vacio que nunca puede ser llenado, y para aliviar ese miedo, para tratar de llenar ese vacío, nos vamos al exterior y nos aficionamos al poder, al halago, a la admiración. Confiamos en el juicio de otras personas, ¡que poco nos valoramos y queremos!, no confiamos en nosotros, y le damos nuestro poder a cualquiera que pasa por delante de nosotros.
Confiamos en el juicio de otras personas y nos ponemos nerviosos sobre lo que la gente piense de nosotros. Es importante para nosotros porque nuestra autoestima depende de eso y, sin embargo, nuestra estima desciende y desciende, porque hemos entregado nuestro poder a otras personas.
Y nuestra conciencia cree que así está satisfaciendo el anhelo del alma por la unidad con lo Divino, por la paz y el amor, pero ese anhelo, que es la llamada de Dios, la llamada de nuestra propia naturaleza y nuestra propia esencia, no hay que buscarlo porque ya está en nosotros: Nosotros somos a imagen y semejanza de Dios, nosotros somos Amor.
Lo que queremos es el Amor incondicional, es sentir esa energía que llamamos Dios. Pero nosotros ya somos esa energía, en nosotros ya está la Luz, el Amor y la Paz; y si vamos a nuestro interior a través del miedo, que es lo que conocemos, el miedo se disuelve igual que desaparece la oscuridad en cuanto conectamos la luz. No hay que luchar contra la oscuridad, solo hay que dar al interruptor. No hay que luchar contra el miedo, solo hay que activar el amor.
Sólo hay que contactar con el Amor, y Amor significa aceptación de uno mismo tal cual es, Amor significa aceptación de los demás tal como son. Sólo cuando nos demos cuenta de que el vacio no puede ser llenado de ninguna manera desde el exterior,  empieza el cambio.
Cuando nos dejamos de identificar con lo que siempre hemos hecho y con lo que nos han enseñado, se genera un estado de confusión, y nos surgen las preguntas del millón, ¿qué quiero realmente?, ¿quién soy?, etc., etc.
Aquí empieza el trabajo, es un trabajo de sanación que se ha de realizar aceptando. ¿Aceptando qué?, aceptando el dolor, aceptando el sufrimiento, aceptando el miedo.
¿Cómo hacerlo?: Piensa en algo que te haga sufrir, que te de dolor, que te avergüence; puede ser inseguridad, impaciencia, pereza, etc., y cuando lo hayas elegido busca dentro de ti, como siempre de manera honesta, la razón de cuál es el motivo real. Si te das cuenta de lo que es, te ablandas, lo toleras, lo perdonas y lo amas, pero no juzgues esa razón, sólo acéptala, ya que si la juzgas, ese nuevo juicio y esa nueva crítica estarán, también, basadas en el miedo y volverás a generar algo de lo que también tendrás que desprenderte. Sólo acéptalo.
¿Qué es lo que hay debajo de nuestra necesidad de juzgar?, sólo miedo, miedo a enfrentarnos con nuestra propia oscuridad, casi me atrevería a decir que es miedo a vivir, es falta de Amor.
No juzgues nada, las cosas son como son y no hemos de tener ningún interés en como deberían ser, en como tendrían que ser, en como pensamos nosotros que han de ser……………...
La conciencia social, políticos, religiosos, los estándares  de salud y de belleza nos dan modelos y normas de cómo deberían ser las cosas, o de cómo deberíamos comportarnos. Tratan de definirnos lo que es bueno, lo que hay que hacer, lo que está bien visto.
Pero nosotros estamos intentando contactar con el Amor, y el Amor no está interesado en definir que es bueno y que no lo es, porque el Amor sólo está interesado en la realidad.
El instrumento del Amor es el corazón y el corazón está interesado en todo lo que es, sólo en lo que es, no es lo que se juzga como bueno o como malo; y si nos abrimos a vivir desde el corazón nos liberamos del juicio de manera inmediata, y aceptamos quienes somos, sin más. No quienes queremos ser, o quien quiere la sociedad que seamos, aceptamos quienes somos.
Todos los miedos, todos los traumas, todos los sufrimientos, son experiencias del pasado, y eso es lo que hay que sanar, ¿cómo?: volviendo al pasado, volviendo a esa experiencia, pero de una manera amorosa, es decir, revivir la situación, pero estando centrados en el corazón, no dándole vueltas a la mente. Y así simplemente observando lo que sucede, se crea una especie de separación entre el suceso y la persona, y es esa separación la que hace a la persona dueña de la realidad, pudiendo aceptar el suceso completo, sin volver a enjuiciarlo, ya que la persona comprende desde el corazón,  que para todo hay una causa, es una experiencia más para el alma, y no tiene por que quedar grabada en la mente.
Cuando somos capaces de relacionarnos con todos los papeles y todas las escenas que hemos ido interpretando en nuestra vida, quedamos libres para vivir desde el corazón. Es entonces cuando estamos preparados para ser felices.

Angels

jueves, 16 de diciembre de 2010

Desapego y liberación

            Es otoño y sopla el viento, y con cada ráfaga se van desprendiendo, una a una, las hojas de ese árbol que vive delante de mi ventana. El suelo, alrededor del árbol, está lleno de hojas, y según veo caer las hojas, una tras otra, pienso: “Pobre árbol, se está quedando desnudo”. Pero el árbol no parece sufrir por la pérdida de algo, que hasta la racha de viento, formaba parte de él; es más, yo diría que el árbol es feliz. El árbol necesita quedarse desnudo de las hojas que no usa, para dejar espacio a las nuevas hojas que han de nacer en primavera. que son las que van a dar al árbol toda la belleza, una belleza renovada, una belleza siempre nueva, siempre cambiante.
            Si el árbol estuviera apegado a sus hojas, no veríamos en él la belleza al llegar la primavera, no habría renovación y la energía de las hojas muertas que han perdido su brillo y su color sería lo único que destacaría en el árbol.
            ¿Cómo va la renovación de tu armario?, ¿cómo va la renovación de las cosas inservibles que amontonas en tu casa?, ¿cómo va la renovación de tu vida? Todo lo que no has usado en los últimos dos años ha de desaparecer de tu vida, ya que tu energía está unida a esas cosas y no vas a tener verdadera renovación hasta que te deshagas de ellas.
            ¿Para qué lo guardas?, ¿por si acaso…?, si revisas tu pasado, seguramente encontrarás algo que en un momento dado creías insustituible y que el tiempo, demostró que no era así. Hoy es posible que ya no lo recuerdes.
En tu armario hay ropa y zapatos que no usas y que están necesitando otras personas, ¿por qué les privas de ello?,  y lo mismo pasa con tus libros. ¿Cuántos libros hay en tu estantería que no piensas leer nuevamente?,  los libros son cultura, son sabiduría, no dejes la sabiduría estancada, permite que corra, permite que esos libros que no vas a volver a leer sean aprovechados por otros.
Así como la Naturaleza con su sabiduría se encarga de renovar las hojas del árbol, haz tú lo mismo, renuévate para crecer. El apego limita tu crecimiento por la dependencia que crea, por la limitación, por la creencia de que sin esa cosa no vas a conseguir la felicidad. El apego sólo es el resultado de la ignorancia mientras que el desapego es el resultado del conocimiento, de la verdad, de la sabiduría.
Liberarse de los apegos es avanzar.
El desapego es una de las cualidades del alma. Has de adquirir el interno y divino desapego de quien ve la vida en su verdadera perspectiva, de esa manera quedarás libre, sin que te afecte nada de lo que pueda ocurrir.
Aprende a vivir como si el cuerpo físico no existiera. Tu actitud interna mental debe anular todas las limitaciones y obstáculos que el cuerpo físico te impone.
Cultiva la verdadera humildad que te obligará a dar todo lo que tienes para servir de manera altruista y luego olvidar lo que diste.
Vive por encima del cuerpo físico, ignorando como se siente este y tratando de tener en lo posible la conciencia fusionada con el alma.
El fracaso en ser desapegado consiste en que te atas a los que amas y ese apego puede, a menudo, obstaculizar el progreso, y no solo el tuyo, sino también el progreso de aquellos a los que amas.
Se cuenta que en el siglo pasado, un turista americano fue a la ciudad de El Cairo, Egipto, con la finalidad de visitar a un famoso sabio. El turista se sorprendió al ver que el sabio vivía en un cuartito muy simple y lleno de libros. Las únicas piezas de mobiliario eran una cama, una mesa y un banco.
 ¿Dónde están sus muebles? preguntó el turista. Y el sabio, rápidamente, también preguntó: ¿Y dónde están los suyos? ¿Los míos?, se sorprendió el turista. ¡Pero si yo estoy aquí solamente de paso! Yo también. Concluyó el sabio.
La vida en la Tierra es solamente temporal, sin embargo, algunos viven como si fueran a quedarse aquí eternamente y se olvidan de ser felices. Olvidan que el valor de las cosas no está en el tiempo que duran, sino en la intensidad con que se viven. Por eso existen momentos inolvidables, cosas inexplicables y personas incomparables.

lunes, 13 de diciembre de 2010

"El Secreto" de la abundancia

Es dando que recibimos.
Es compartiendo como somos bendecidos por la abundancia.
Dando abundantemente heredaremos el Reino.

Seguro que te han hablado o has leído sobre la “Ley de la atracción”, y también es posible que hayas leído “El Secreto”; y seguro que no habías terminado de leer el libro y ya estabas pensando en todas las cosas buenas que te apetecería tener, visualizándote sentad@ en el jardín de esa casa deseada, a la sombra de una palmera, mirando la piscina en la que se están bañando tus niños………………… pero también es posible que esa práctica, que esa visión no fuera más allá del tiempo de lectura, y que al día siguiente y al otro y al otro, ya no te hayas acordado de seguir con la práctica de visualizar tu nueva casa, o el deseo que quieres que se cumpla, y al cabo de varios días o semanas, cuando alguien te recuerde el libro, pienses: Eso es una bobada,  yo lo he hecho y no funciona.
    Si funciona…………………., pero no de la manera que queremos los seres humanos, sin trabajo.

Para que funcione, es necesario:
Ser constante en el trabajo, no vale con que se piense o se visualice una vez. Si realmente tienes un deseo has de mantener ese deseo en la conciencia hasta que el deseo se realice. Eres capaz de realizar cada día, durante toda una vida, un trabajo que no te gusta, en el que tienes que aguantar a un compañer@ un poco pesad@ y a un dictador por jefe, para conseguir un sueldo, en muchas ocasiones, de miseria, sólo para subsistir, y no eres capaz de mantener  en tu conciencia la visualización de un deseo. ¿Seguro que lo deseas?
No dar órdenes contradictorias. No puedes durante diez minutos visualizar una casa de ensueño, y después estar diez horas pensando que tu casa es una choza. ¿Qué crees que tendrá más poder, los diez minutos del palacio o las diez horas de la choza? La energía que genera tu pensamiento o tu visualización, y que sale de ti hacia el Universo, no distingue entre lo que es real y lo que es pensado, por lo que el Universo durante diez minutos va a recibir la petición de un palacio y durante diez horas la petición de una choza. Si tú fueras el Universo, ¿qué concederías?
Sentir la emoción de que ya tienes la casa soñada. Ten en cuenta que el Universo es como un gran espejo que refleja tus emociones, por lo que has de mantener en tu conciencia la felicidad de que ya tienes la casa de tus sueños, porque si la emoción que mantienes es el sufrimiento de vivir en una choza, eso es lo que vas a seguir recibiendo.
            Y a partir de aquí, voy a desmontarte el trabajo............. Si ahondas en la lectura, si vas leyendo entre líneas y te paras a reflexionar un momento, verás que hay algo más y mucho más importante que lo leído hasta ahora. ¡Hazlo, reflexiona!


            ¿Hasta dónde has llegado? La respuesta correcta es: No hay que tener deseos. Porque son los deseos los que te atan al sufrimiento por la no consecución de eso que deseas y te generan la energía de carencia que envías al Universo, por lo que el Universo responde con más carencia. Y aquí también se puede hacer otra reflexión, la más importante: ¿Para qué quieres utilizar las técnicas de “El Secreto”, si el secreto es no tener deseos?
El verdadero secreto de la abundancia es: Dar, ofrecer, entregar, donar, compartir, regalar, otorgar, ceder, obsequiar, proporcionar, aportar, suministrar, proveer, sin esperar nada a cambio.

El verdadero secreto de la abundancia es: Aceptar lo que tienes, y aceptarlo con alegría.

¿Conoces el cuento del mendigo de Rabindranath Tagore?: Iba un mendigo pidiendo de puerta en puerta por el camino de la aldea, cuando un carro de oro apareció a lo lejos como un sueño magnífico. Y, el mendigo se preguntaba maravillado, ¿quién sería aquel Rey de reyes?
Las esperanzas del mendigo volaron hasta el cielo, y pensó que sus días malos se habían acabado. La carroza se paró a su lado. El señor magnífico que iba en el carro bajó sonriendo. El mendigo sintió que la felicidad de la vida había llegado al fin. Y de pronto, el señor le tendió la mano diciéndole: “¿Puedes darme alguna cosa?”.
¡Qué ocurrencia de su realeza! ¡Pedirle a un mendigo! El mendigo estaba confuso y no sabía qué hacer. Luego sacó despacio de su saco un granito de trigo y se lo dio.
Pero, la sorpresa del mendigo fue cuando, al vaciar por la tarde su saco en el suelo, encontró un granito de oro en la miseria del montón. ¡Qué amargamente lloró por no haber tenido corazón para dárselo todo!
Deja “El Secreto” en la estantería y
Recuerda
Es dando que recibimos.
Es compartiendo como somos bendecidos por la abundancia.
Dando abundantemente heredaremos el Reino.


sábado, 11 de diciembre de 2010

Nuestra misión: Cambiar el mundo

            Cada uno de nosotros encarna con distintas tareas a realizar, porque no tenemos una única misión que cumplir, son varios los trabajos que hemos de ir realizando a lo largo y ancho de nuestra vida en la materia.
            Nuestro transito por la vida es un conjunto de trabajos en varios frentes, en unos trabajos se avanza más, en otros no tanto, aunque, sin lugar a dudas, hay una tarea que se va desarrollando paulatinamente, es “el conocimiento de uno mismo”, conocer la propia inmortalidad, conocer nuestra esencia divina, conocer el secreto de la propia vida, conocer el camino para contactar con el alma; pero de manera simultánea se va obteniendo información sobre la vida física, conocer las reacciones, conocer las emociones, conocer el pensamiento.
            Solamente cuando el ser humano se conoce y se comprende a sí mismo, está en condiciones de conocer y comprender a los demás y sobre todo está en condiciones de conocer y comprender a Dios.
            La finalidad de la evolución, por lo tanto nuestra tarea más importante, es llevar al ser humano a la comprensión de su aspecto divino y poner bajo su control su naturaleza inferior: cuerpo, emociones, pensamiento.
El resultado de controlar la naturaleza inferior es la conexión con la naturaleza superior, es la conexión con el alma, y la conexión con el alma tiene una consecuencia que se expresa con una única palabra, amor, amor por todo, amor por todos. Es a partir de entonces, que el ser humano está en condiciones de reconocer a los demás como seres divinos, y ese reconocimiento es el que le va a impedir juzgar a los otros, y le va a llevar a desarrollar lo que sería su segunda tarea fundamental, ayudar a elevar el nivel de la humanidad, ayudar a evolucionar a sus hermanos, ayudar a los demás a conectar con su alma, enseñar a los demás lo que es el amor y como se consigue.
En nuestra evolución vamos todos juntos, no se trata de “unos ganan y otros pierden”, no, se trata de “ganamos todos o no ganamos ninguno”. No escondas información, no juzgues quien está preparado y quien no lo está. Tú da la información, que cada uno ya recogerá lo que esté preparado para recoger, es decisión de su alma, no tuya. Cambiar tú ayuda a cambiar el mundo, y empiezas a ayudar al mundo de manera inconsciente con tu energía y con tu ejemplo.
En la evolución, no hay calificaciones, ni certificados, ni títulos; en la evolución solo hay Amor y cuando este empieza a invadir al ser humano, se irradia y los demás empiezan a sentir esa energía.
Recuerda que en la evolución no son posibles las máscaras. No te puedes disfrazar ni de maestro, ni de discípulo, recuerda el ejemplo del “pirata” que dábamos en "Todo puede cambiar", tu energía llega antes que tus palabras, y si la energía que te inunda no es Amor, sólo vas a engañarte tú.
Si aun no has empezado a meditar, estás retrasando tu evolución, y ¡cada vez te queda menos tiempo! En una charla a la que asistí de un Chamán de Cuzco (Perú), contó una historia que nos viene muy bien en este contexto. Es la historia de un colibrí que vivía en un bosque. El bosque empezó a arder y de manera inmediata todos los animales emprendieron la huida. Todos, menos un colibrí, que iba volando hasta un lago cercano, cogía agua en su pico, volvía al bosque y echaba el agua en el fuego. Y así, mientras todos los animales huían, el colibrí iba haciendo viajes con su pico lleno de agua del lago al fuego y vuelta al lago para recargar el agua.  Los animales en su huida le iban diciendo: “Estás loco colibrí, ¿cómo te crees que tú sólo vas a apagar el fuego?”, y el colibrí respondía: “Yo sólo estoy haciendo mi parte, si cada uno hicierais la vuestra es seguro que salvaríamos el bosque”.
¿Estás haciendo tú tu parte? Tu viaje no es al lago, tu viaje es mucho más cerca, es ir a tu corazón. Por si no sabes el camino, esta meditación te va a ayudar. ¡Feliz viaje!
-          Siéntate como tengas costumbre, manteniendo la espalda recta.
-          Deja las manos apoyadas en los muslos con las palmas hacia arriba.
-          Los ojos cerrados o una décima parte abiertos.
-          La punta de la lengua apoyada en el paladar
-          Empieza respirando suave y lentamente, por la nariz, con una respiración abdominal.
-          Repite dentro de ti: “Pido a Dios que abra mi canal de luz”, “pido la ayuda de Dios, de mi Maestro Espiritual, de los Maestros Ascendidos, de mi alma, de mis guías”.
-          Las primeras respiraciones hazlas alargando la exhalación y dando permiso a tu cuerpo para que con cada exhalación vaya dejando ir toda la tensión.
-          Siente como con cada respiración tu cuerpo está más relajado que en la respiración anterior.
-          Cuando aparezca un pensamiento,  vuelve a tu respiración.
-          Vuelve a la respiración tantas veces como la mente te saque de ella.
-          Respira y date permiso para sentir tu cuerpo.
-          Respira, siente tu cuerpo, siente tus sensaciones.
-          Permanece así 5 minutos, respirando y sintiendo.
-          Y mira como delante de ti aparece una figura llena de luz, resplandeciente.
-          Es la Virgen María.
-          Permanece respirando, sintiendo, contemplándola, llenándote con Su Luz.
-          Pídele permiso para unir tu corazón al Suyo.
-          Cuando sientas que tienes el permiso mira como desde Su corazón sale un rayo de luz que entra en el tuyo.
-          Quédate sintiendo esa energía en ti.
-          Siente tu corazón.
-          Permanece el tiempo que te apetezca.
-          Cuando creas que tienes suficiente, da las gracias y mira como el rayo de luz se interrumpe.
-          La Virgen María puede permanecer un rato más o desaparecer.
-          Permanece un momento, 1 ó 2 minutos, respirando suave y lentamente, sintiendo como la energía del Amor empieza a distribuirse desde tu corazón al resto de células de tu cuerpo.
-          Da las gracias a los mismos que has pedido ayuda y suavemente abre tus ojos y empieza a mover el cuerpo.

miércoles, 8 de diciembre de 2010

Liberación del cuerpo por el proceso de la muerte

La muerte es el único hecho que podemos predecir con absoluta seguridad y, sin embargo, la mayoría de los seres humanos se niega a considerarlo, hasta que se enfrentan a la muerte de un modo inminente y personal.
La mente del ser humano está tan poco desarrollada, que el temor a lo desconocido, el terror a lo no familiar, y el apego a la forma, han provocado una situación, en la que uno de los acontecimientos más benéficos en el ciclo de vida es visto como algo que debe ser evitado y postergado el mayor tiempo posible.
La muerte, es una de las actividades que más hemos practicado. Hemos muerto muchas veces y moriremos muchas más. Muerte es, esencialmente, cuestión de conciencia. En cierto momento estamos conscientes en el plano físico; en otro, nos retraemos a otro plano y estamos allí activamente conscientes.
En la medida en que nuestra conciencia se identifica con el aspecto forma, con la materia, la muerte continuará manteniendo su antiguo terror. Tan pronto nos reconozcamos como almas y hallemos que somos capaces de enfocar a voluntad nuestra conciencia y nuestro sentido de percepción, en cualquier forma o plano, o en cualquier dirección dentro de la forma de Dios; la muerte ya no existirá, ya no conoceremos la muerte.
La muerte para el ser humano medio es un fin desastroso, pues implica la terminación de todas las relaciones humanas, la cesación de toda actividad física, la ruptura de todos los signos de amor y afecto, y el tránsito, (involuntario y disconforme), a lo desconocido y temido. Nos creemos que es lo mismo que salir de una habitación iluminada y agradable, cordial y familiar, donde están reunidos nuestros seres queridos, y pasar a la noche fría y oscura, solo y aterrorizado, sin saber lo que vendrá y sin ninguna seguridad.
Las personas olvidan por lo general que todas las noches, durante las horas de sueño, morimos en lo que respecta al plano físico y vivimos y actuamos en otro lugar. Olvidan también que han adquirido ya la facilidad de dejar el cuerpo físico, aunque aún no pueden conservar en la conciencia del cerebro físico los recuerdos de esa muerte y el consiguiente intervalo de vida activa, y no relacionan la muerte con el sueño.
Después de todo, la muerte es sólo un intervalo más extenso en la vida de acción en el plano físico; nos vamos “al exterior” por un periodo más largo. Pero el proceso del sueño diario y el proceso de la muerte ocasional son idénticos, con la única diferencia que en el sueño el hilo magnético o corriente de energía, a través del cual corren las fuerzas vitales, se mantiene intacto, y constituye el camino de retorno al cuerpo. Con la muerte, este hilo de vida se rompe. Cuando esto ha ocurrido, la entidad consciente no puede volver al cuerpo físico denso, y al faltarle a ese cuerpo el principio de coherencia, se desintegra.
El temor a la muerte está basado en:
El terror, en el proceso final del desgarramiento en el acto de la muerte.
El horror a lo desconocido y a lo indefinido.
La duda respecto a la Inmortalidad.
El pesar por tener que abandonar a los seres queridos o ser abandonado por ellos.
Las antiguas reacciones a las pasadas muertes violentas, arraigadas profundamente en el subconsciente.
El aferrarse a la vida de la forma, por estar principalmente identificados con ella en la conciencia.
Las viejas y erróneas enseñanzas referentes al cielo y al infierno, siendo ambas, perspectivas desagradables para cierto tipo de personas.

Pero la muerte no existe. Sólo es una entrada en una vida más plena. Sólo es una liberación de los obstáculos del vehículo carnal.
Para los seres no evolucionados, la muerte es un sueño y un olvido, porque la mente no está bastante despierta para reaccionar, y el archivo de la memoria está prácticamente vacío.
Para los demás, la muerte es la continuidad en su conciencia del proceso de la vida, y lleva a cabo los intereses y tendencias de esa vida. Su conciencia y sentido de percepción son los mismos e invariables. No percibe mucha diferencia, y a menudo no se da cuenta que ha pasado por la muerte.
Para el perverso y cruel egoísta, el criminal y esos pocos que viven únicamente para el aspecto material, se produce una situación denominada “atados a la tierra”. Los vínculos, que han forjado con la tierra, y la atracción hacia ella, de todos sus deseos, los obliga a permanecer cerca de la misma y de su último medio ambiente terreno. Tratan desesperadamente por todos los medios posibles, de ponerse en contacto y volver a penetrar en él.
En contadisimos casos, un gran amor personal por quienes han dejado, o el incumplimiento de un deber reconocido y urgente, mantienen a quienes poseen bondad y belleza, en semejante situación.
Para el ser evolucionado, la muerte es la entrada inmediata en una esfera de servicio y de expresión a la que ya está muy acostumbrado, percibiendo enseguida que no es nueva. En las horas de sueño ha desarrollado un campo de servicio activo y de aprendizaje. Ahora sencillamente funciona en él durante las veinticuatro horas, (hablando en términos de tiempo del plano físico), en vez de las breves horas de sueño en la tierra.
Otro temor que induce a la humanidad a considerar la muerte como una calamidad es el que ha inculcado la religión teológica, particularmente los Protestantes fundamentalistas y la Iglesia Católica Romana: el temor al infierno, la imposición de castigos, comúnmente fuera de toda proporción a los errores cometidos durante una vida, y el terror impuesto por un Dios iracundo.
Le dicen al hombre que debe someterse y que no hay escapatoria posible. Como bien sabéis, no existe un Dios iracundo ni un infierno. Sólo existe un gran principio de amor que anima a todo el universo; existe la Presencia de Cristo, indicando a la humanidad la realidad del alma y que somos salvados por la vivencia de esa alma, y que el único infierno que existe es la tierra misma, donde aprendemos a trabajar por nuestra propia salvación, impulsados por el principio de amor y de luz e impelidos por el ejemplo de Cristo y el anhelo interno de nuestra propia alma.
A medida que las erróneas ideas enseñadas por la iglesia vayan desapareciendo, será eliminado, de la mente del ser humano, el concepto del infierno y reemplazado por la comprensión de la Ley del Amor, que hace al ser humano lograr su propia salvación en el plano físico, lo cual conducirá a corregir los males cometidos durante sus vidas en la tierra. La energía del Amor, lo puede todo.
El actual temor a la muerte debe ceder su lugar a una inteligente comprensión de la realidad y ser sustituido por el concepto de continuidad, que niega toda interrupción, y acentuar la idea de que existe una vida, una Entidad consciente, que adquiere experiencia en muchos cuerpos.
La muerte constituye, actualmente para el ser humano, un momento de catastrófica crisis: La cesación y fin de todo lo amado, lo familiar y lo deseable, la irrupción en lo desconocido e incierto, y la abrupta terminación de todos los planes y proyectos. No tiene importancia cuánta fe pueda haber en los valores espirituales, ni como sea de claro el razonamiento de la mente acerca de la inmortalidad, ni tampoco la evidencia que tenga, (por sus estudios y lecturas), de la supervivencia y eternidad; siempre existe una duda, el reconocimiento de la posibilidad de que todo termina y la negación y fin de toda actividad, de todas las reacciones cardíacas, de todo pensamiento, emoción, deseo, aspiración y de las intenciones enfocadas alrededor del núcleo central del ser del hombre. El anhelo y la determinación de sobrevivir y el sentido de continuidad, todavía dependen, aun para el creyente más ferviente, de una probabilidad, de una base inestable y del testimonio de otros, que en realidad nunca han vuelto para contar la verdad.
El instinto de autoconservación tiene su raíz en un innato temor a la muerte; mediante la presencia de ese temor, la raza ha luchado hasta alcanzar el presente punto de longevidad y resistencia. Las ciencias que conciernen a la preservación de la vida, al conocimiento médico en la actualidad, y a las proezas de la comodidad de la civilización, todo, ha surgido de este temor básico. Todo, ha tendido hacia la conservación del individuo y su persistente condición de ser. La humanidad persiste, como raza y reino de la naturaleza, y el resultado de la tendencia a ese temor, trae la reacción instintiva de la unidad humana a la propia perpetuación.
Es necesaria una reflexión serena para que el tema de la muerte pueda configurarse en vuestra mente con más firmeza y sensatez, tratando de obtener un nuevo ángulo sobre el tema de la muerte, procurando cambiar el temor por lo que es el propósito y la belleza de la transición.
Después de eso, trataremos un día del proceso de la muerte tal como lo registra el alma.
(Es un extracto del libro “La muerte una gran aventura” de Alice Bailey)

lunes, 6 de diciembre de 2010

Preguntas

                Nos pasamos la vida buscando la verdad, pero…………. ¿qué vida?..............., ¿qué verdad?............,  ¿qué es la vida?
            Podríamos pensar que la vida se inicia en un momento de amor, de placer y de locura, en la que un espermatozoide, parece ser que el más fuerte, tiene su particular momento de gloria y se introduce en un óvulo fertilizándole. La sabiduría de la naturaleza hace entonces que se desencadenen una serie de reacciones que dan lugar al cabo de nueve meses al nacimiento de un bebé.  ¿Cómo puede ser tanta perfección?, ya sé que todo tiene su respuesta científica, pero……….  Y ¿el principio?, ¿cómo se inició?, ¿cómo apareció el primer humano, o el primer animal, o la primera planta, o el primer grano de arena, o la primera célula, o el primer átomo?
            Es posible que después de aparecer como un bebé encantador en este mundo terrenal, hayas crecido, hayas estudiado para convertirte en un ser humano de provecho, trabajado casi hasta la extenuación, para conseguir un poco de dinero que te vas a ir gastando cada cierto tiempo en tus vacaciones, suspirando para que llegue tu jubilación, aunque curiosamente quieres jubilarte sin aceptar la vejez y la muerte, y luego un buen día llega esa muerte a la que siempre has temido y desapareces de la vida. ¿No es un poco estúpido?, ¿en todo este proceso no te has preguntado alguna vez si realmente esto es todo lo que hay?, ¿cómo es posible que de todos los planetas, satélites, estrellas, asteroides y cometas, sólo conocemos uno, la Tierra, en el que es posible la vida, o al menos esta vida que conocemos?, ¿y por qué tú has sido un@ de los elegid@s  para disfrutar o sufrir una vida consciente?, ¿habrá algo más?, ¿habrá otros tipos de vida?, ¿vendremos de algún sitio antes de nacer?, ¿seguiremos viviendo en algún otro lugar, con una forma distinta después de nuestro paso por esta vida?
            Quiero pensar que si has llegado a este sitio, y estás leyendo esto, ya te has hecho estas preguntas y muchas más, y que tienes respuestas, y que esas respuestas pasan por creer que existimos en otros planos y en otras formas, antes y después de la vida física, y que la vida sólo es un periodo de tiempo infinitamente pequeño, elegido por nosotros para no sabemos muy bien que. ¿Es posible que ya creas todo esto, o algo parecido?
            Hoy no es día de respuestas, hoy es día de reflexión:
Si tienes respuestas para estas preguntas, reflexiona sobre lo que es la vida: ¿un instante comparado con nuestra existencia eterna?, ¿un periodo de aprendizaje?, y ese aprendizaje ¿es obligado hacerlo con sufrimiento?, ¿puede hacerse con alegría?, ¿puede hacerse con amor?, ¿puede ser que el aprendizaje sea vivir con amor?
Reflexiona ahora sobre tu vida: ¿Eres feliz?, ¿sientes amor por todo lo que haces?, sabiendo todo lo que sabes ¿merece la pena que vivas una vida que no te resulta plena?,  ¿estás enseñando a tus hijos a ser felices, o a que sean seres humanos de provecho?, ¿estás haciendo feliz a la persona que has elegido para que te acompañe en un tramo de tu vida?, ¿sientes que todos somos hermanos?, ¿existe en ti algún tipo de discriminación hacia algún@ de es@s que son tus herman@s?
Si eres feliz en cada instante, si sientes amor por todo lo que haces, si tu vida es una vida plena, si has enseñado a tus hijos a ser tan felices como tú, si tu pareja de viaje es tan feliz como tú, si sientes que cualquier ser humano es tu herman@, si no sabes lo que es discriminar o criticar, ¡felicidades!, el final de tu peregrinaje en la materia está próximo.
Si no es así, ¡cambia!, porque si sigues haciendo las mismas cosas, siempre vas a obtener los mismos resultados. ¡Cambia tu vida!, ¡cambiala ya!


domingo, 5 de diciembre de 2010

Padrenuestro

            De esta oración derivó la versión actual del Padrenuestro. Está escrita en arameo, en una piedra de mármol, en Jerusalén, en el Monte de los Olivos.
De esta forma era invocada por Jesús, sin la interferencia de la Iglesia:
Padre-Madre, respiración de la Vida,
¡Fuente del sonido, Acción sin palabras, Creador del Cosmos!
Haz brillar tu Luz dentro de nosotros,
entre nosotros y fuera de nosotros para que podamos hacerla útil.
Ayúdanos a seguir nuestro camino
respirando tan sólo el sentimiento que emana de Ti.
Nuestro Yo, en el mismo paso, puede estar con el Tuyo,
para que caminemos como Reyes y Reinas con todas las criaturas.
Que tu deseo y el nuestro sean uno sólo, en toda la Luz, así como en todas las formas; en toda la existencia individual, así como en todas las comunidades.
Haznos sentir el alma de la Tierra dentro de nosotros,
pues, de esta forma, sentiremos la Sabiduría que existe en todo.
No permitas que la superficialidad y la apariencia de las cosas del mundo nos engañen, y nos libere de todo aquello que impide nuestro crecimiento.
No nos dejes caer en el olvido de que Tú eres el Poder y la Gloria del mundo,
la Canción que se renueva de tiempo en tiempo y que todo lo embellece.
Que Tu Amor esté sólo donde crecen nuestras acciones.
¡¡¡Que así sea!!!



sábado, 4 de diciembre de 2010

Todo puede cambiarse. ¿Cómo?

No importa lo que hayas podido hacer hasta el día de hoy, puede cambiarse, todo cambia en un instante.
            En un instante sale tu número de lotería, y te cambia la vida; en un instante la persona por la que suspirabas te dice “si” mirándote a los ojos, y te cambia la vida; en un instante un loco se salta un stop dándote de lleno, y te cambia la vida. Todo esto, sólo son cambios físicos, cambios en la materia, cambios que no son permanentes, cambios que van a durar, como máximo, el tiempo que dure tu vida física.
            También se pueden producir otro tipo de cambios, cambios que afectan a tu Ser, cambios permanentes, porque van a durar más allá de lo que dure tu vida física. Pero estos cambios no van a ser producidos por un golpe de suerte, ni por una conexión emocional, estos cambios sólo van a producirse por ti, en tu proceso de crecimiento.
            ¿De qué manera?: Cambiando tu proceso de pensamiento. Cuando cambias el proceso de pensamiento, cambia tu energía, es decir, cambias tú, porque tú eres energía.
            El cambio de pensamiento significa que tienes que pasar del “pobre de mí” a “yo soy un ángel”, tienes que pasar del “no puedo y no sé”, al “puedo y sé”, tienes que pasar del orgullo a la humildad y del miedo al amor.
            Tu energía eres tú. Rodeando tu cuerpo físico tienes una serie de capas que son el estandarte de tu pensamiento, y camina dos metros por delante de ti, de tal manera que toma contacto con las personas antes de que tú abras la boca para expresar cualquier pensamiento, porque antes de que lo hagas, tu estandarte ya ha dicho quien eres, y las personas reaccionan inconscientemente a eso que están recibiendo, que es tu tarjeta de visita.
            Las energías iguales se atraen, las energías distintas se repelen. Si, por ejemplo,  eres miedoso, otros miedosos te van a reconocer y se van a sentir muy a gusto en tu compañía, compartís el mismo tipo de energía; y ya puedes decir que eres un valiente, que tu carta de presentación está diciendo claramente que no, que tienes miedo. Es como ese señor, con una pata de palo, con un garfio por mano derecha, con un parche en un ojo, una espalda en el cinto, y enarbolando en su mano izquierda una bandera negra en la que aparece reflejada una calavera, ¿qué te viene a la cabeza que puede ser?, ¿el delantero centro de un equipo de futbol, o un pirata? Pues si ese señor empieza a hablar y dice que es un caballero o un jardinero, ya puede decir, ya…….. ¿Lo has visto claro?, tu energía es tan significativa como el aspecto del pirata, tu energía dice lo que piensas y sientes sin que tú digas nada, en definitiva  tu energía dice lo que eres. Tu energía es tu vestimenta.
            Cambia el pensamiento y cambiará tu energía, cambia el pensamiento y cambiará tu vida física, la actual y las siguientes, porque cambiará tu eternidad; porque lo que aprendes cada vida, es un aprendizaje que va a perdurar para siempre, vida tras vida. Las lecciones aprendidas son para siempre.
            Son varios los trabajos que puedes hacer para cambiar los procesos de pensamiento, disolver bloqueos e ir purificando tu aura. Todos ellos requieren un poco de voluntad y constancia para realizar el trabajo cada día, y otro poco de paciencia, ¡no esperes resultados al día siguiente!
            Como realizar un trabajo integral requiere demasiada voluntad, demasiada constancia y demasiada paciencia, lo mejor es trabajar los distintos aspectos de manera independiente, y cuando un aspecto está superado, pasar al siguiente.
            Por lo tanto, lo primero que has de tener claro, es el aspecto que quieres trabajar: la falta de autoestima, la impaciencia, la rabia, el orgullo, la falta de voluntad, el apego a, etc., etc.; y cuando lo tengas claro empieza tu trabajo, recuerda: con voluntad, con constancia y con paciencia.
            Como ya te puedes imaginar, todo pasa por la meditación. Resérvate un espacio de quince o veinte minutos cada día, lo ideal sería por la mañana antes de empezar tu jornada laboral, pero si por cualquier causa no fuera posible por la mañana, hazlo cuando te sea posible, mejor por la noche que nunca.
-        Siéntate como tengas costumbre, en el suelo o en una silla. En ambos casos intenta mantener la espalda recta.
-          Deja las manos apoyadas en los muslos con las palmas hacia arriba.
-          Los ojos cerrados o una décima parte abiertos.
-          La punta de la lengua apoyada en el paladar
-          Empieza respirando suave y lentamente, por la nariz, con una respiración abdominal.
-          Pide ayuda,  a Dios, a tus maestros, a los Maestros Ascendidos, a tu alma, a tus guías, a los ángeles, a los arcángeles, a los maestros de la sanación, a quien te apetezca y con quien te sientas conectad@.
-          Las primeras respiraciones hazlas alargando la exhalación y dando permiso a tu cuerpo para que con cada exhalación vaya dejando ir toda la tensión.
-          Siente como con cada respiración tu cuerpo está más relajado que en la respiración anterior.
-          Te sientes bien.
-          Cuando aparezca un pensamiento, (vendrán muchos, no te enfades), vuelve a tu respiración.
-          Vuelve a la respiración tantas veces como la mente te saque de ella.
-          Delante de ti, lo más lejos posible, visualiza como se enciende un fuego de color naranja.
-          Piensa en el aspecto que quieres limpiar.
-          Imagina que ese aspecto es una hoja de papel.
-          Estás respirando suave y lentamente, y con cada exhalación imagina que esa hoja de papel sale de ti dirigiéndose al fuego y quemándose en él.
-          Sigue inhalando lentamente y exhalando la hoja de papel durante 5 minutos.
-         Al cabo de ese tiempo. APAGA EL FUEGO. ES MUY IMPORTANTE QUE VISUALICES, O PIENSES, O IMAGINES QUE EL FUEGO SE APAGA. Si no lo haces, cada vez que pases por él va a quemarse un poco de tu aura. ¡No se te olvide, apágalo!
-          Y a partir de este momento, vas a imaginar o a visualizar que cada vez que inspiras entra en ti la virtud contraria al aspecto que estabas quemando. Puedes imaginar que entra en ti la palabra inundándote con su energía y llenando tu cuerpo, o un color que es la energía de esa cualidad, o cualquier otra cosa que sea fácil para ti.
-          Sigue así durante otros 5 minutos.
-          Permanece después un momento, 1 ó 2 minutos, respirando suave y lentamente, sintiendo como te estás impregnando de la cualidad que ha ido entrando en ti con la respiración.
-          Da las gracias a los mismos que has pedido ayuda y suavemente abre tus ojos y empieza a mover el cuerpo.

Después durante el resto del día, cuando te acuerdes, yendo al trabajo, en los descansos, vete repitiendo en tu interior: “Yo Soy XXXXX”, siendo XXXXX la virtud que ha estado impregnando tu cuerpo. Por ejemplo si has estado respirando humildad, tu letanía seria: “Yo Soy humildad”.

Recuerda: voluntad, constancia y paciencia.