El viaje del alma

El alma no tiene raza, no tiene religión, solo conoce el Amor y la Compasión.
Todos somos seres divinos, hace miles de años que lo sabemos, pero nos hemos olvidado y,
para volver a casa tenemos que recordar el camino. BRIAN WEISS




domingo, 13 de agosto de 2017

¿Acepto o sigo sufriendo?

       

Si llego a mi destino ahora mismo, lo aceptaré con alegría,
y si no llego hasta que transcurran diez millones de años,
esperaré alegremente también.
Walt Whitman
  
Quiero hacer un pequeño apunte sobre la aceptación, o no tan pequeño, porque ahora mismo no sé cuántas entradas contendrá: ¿Qué es?, ¿para qué sirve?, y ¿cómo conseguir aceptar la propia vida?

          Pero antes permitirme una introducción de porqué la aceptación, y no la felicidad, o el amor, o como conseguir dinero.

Desde donde alcanza mi conciencia, siempre he sentido mucha curiosidad y una especial atracción, por todo lo que pudiera haber al otro lado de la vida. Creo que de bien jovencito ya me hice las preguntas del millón, ¿quién soy?, ¿de dónde vengo?, ¿adónde voy?, ¿para qué estoy aquí?

            Como en la vida física todo es cuestión de creencias, siempre he creído, nunca he dudado, de que, al otro lado, antes de nacer y después de morir, hay una vida mucho más placentera que esto que nos damos en la materia.



            Esta curiosidad y esta atracción, han hecho que busque información de todo tipo, lo que cuentan psíquicos, los que describen los que han estado clínicamente muertos durante un periodo de tiempo, libros de regresiones, en fin, un poco de todo, que ha hecho que aún se afiance más en mi la creencia de que es ahora cuando estamos realmente muertos y que, nuestro verdadero nacimiento es cuando dejamos el cuerpo.

            ¡Energías iguales se atraen! Lo expresa muy bien el refrán: “Dios los cría y ellos se juntan”. Pues en esa atracción que realiza mi energía hacia energías similares, me he ido encontrando con personas, que tenían cierta facilidad para contactar con energías del otro lado de la vida, médiums, clarividentes, clariaudientes, adivinos, psíquicos, un poco de todo.

            Bien es cierto, que la mayoría de ellos no controlaban muy bien su poder y, además, no discernían muy bien con quien contactaban, y expresaban lo que les contaba cualquier charlatán, que también existen al otro lado de la vida, porque al otro lado de la vida hay de todo, como en botica.

            Para saber si realmente eran charlatanes, solo había que preguntar cuestiones de futuro. Si respondían, estaba claro, no eran muy importantes, eran “mindundis” y, rápidamente aparecía en mi mente: “Te pillé, charlatán”. En ese momento sabía que tenía que dejar de escuchar, porque el futuro de cada uno, no lo sabe nadie, ya que es la propia persona la que decide hoy cuál será su futuro de mañana, con sus pensamientos, con sus palabras y con sus acciones. Se llama libre albedrio, y nadie sabe hacia dónde va a dirigir sus pasos cada persona.

            Si, ya sé que alguien puede decir: “pues a mí me han adivinado muchas cosas”. Pero seguro que son menos que las que no te han adivinado. Hay que tener en cuenta, como decía anteriormente, que energías iguales se atraen. Cuando pronostican algo que realmente queremos, ponemos tanta energía en que se consiga, que al final se consigue. Es la ley de la atracción.

            En fin, cuando yo llegaba a ese punto, ya sabía que tenía que creer, un máximo de dos sobre diez, o darme la vuelta y marchar. Me ha pasado unas cuantas veces. 
 
            Y no escarmiento, porque me ha vuelto a pasar. Pero esta vez parece diferente. Jamás hablan de futuro, jamás pronostican, jamás dan una respuesta que pueda condicionar, solo dicen aquello que puede ayudar a la persona, pero no a conseguir dinero, o un trabajo o una pareja, sino aquello que la puede ayudar a liberarse del dolor y del sufrimiento, o aquello que la puede ayudar a entender la razón de lo que está sucediendo en su vida.

            Con esa persona estamos utilizando su “don”, para intentar ayudar a los que desean ser ayudados, porque sorprendentemente, hay muchas personas que prefieren seguir en su proceso de sufrimiento, sin realizar ningún cambio. Es su libre albedrío.

            En todas las sesiones hay un mensaje, o una receta, que se repite: Aceptación y amor.
         
         Por eso estas entradas sobra la aceptación. Los seres humanos no aceptan, en muchos aspectos sus vidas, pero tampoco hacen nada por cambiarlas. Solo quiero plantar la semilla de la duda y después, ¡a ver que pasa!   
  
Continuará……


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