El viaje del alma

El alma no tiene raza, no tiene religión, solo conoce el Amor y la Compasión.
Todos somos seres divinos, hace miles de años que lo sabemos, pero nos hemos olvidado y,
para volver a casa tenemos que recordar el camino. BRIAN WEISS




jueves, 24 de agosto de 2017

Reflexiones (1)

La vida no es como a cada uno de nosotros nos gustaría que fuera.
La vida es, y punto, y querer que sea según los propios deseos, o los propios caprichos, es como querer retorcerla.
Y retorcer a la vida, es el camino más corto para el sufrimiento.
Si algo no te gusta de tu vida, trabaja para cambiarlo, pero no condiciones tu felicidad a los cambios que esperas conseguir.

Nunca dejes de decir “Te amo”. No sabes si será la última vez. Cada día, a cada instante, expresa tu amor.



Cuando la relación del hombre con el hombre, sea idéntica a la relación de Dios con el hombre, habremos encontrado el cielo en la tierra.
Y la gloria, la felicidad, la alegría y el amor, serán las armas de los ejércitos, la voz de los poderosos, el libro sagrado de las iglesias y la moneda de cambio del capital.

Vivir sin miedo.
Sin miedo a la gente, porque todos están embarcados en el mismo barco, viviendo todos, las mismas miserias, deseando imposibles, tratando de aparentar lo que no son.
Sin miedo a la vida, porque es hermosa, porque el timonel de la vida es uno mismo, porque el miedo merma la propia confianza, y hace embarrancar a la vida, en los lodos de la crítica, de la ira, del resentimiento.
Sin miedo a la libertad, porque el miedo aprisiona con grilletes invisibles sin permitir el movimiento.
Sin miedo a decir “no”, con cariño, cuando la circunstancia lo requiera, porque cuando se retienen varios “noes” el siguiente “no” ya está exento de cariño, y es más un exabrupto que lleva implícita la tormenta.
Sin miedo, porque con miedo no se ama.
Con amor, porque quien ama no teme.

Empiecen a vivir su vida, en lugar de tratar de vivir la vida de los demás. A los otros no hay que agradarles, lo que hay que hacer es respetarles, es ayudarles si lo necesitan y, por supuesto, si aceptan la ayuda. No hay que criticarles, no hay que juzgarles, ni tan siquiera opinar, si no se lo requieren. Colóquense en sus zapatos antes de opinar, ¿Qué sabe nadie de nadie?, ¿Qué saben de sus pensamientos, de sus emociones, del momento por el que están pasando?, ¿Que saben de su dolor o sus alegrías? Pues nada, no saben nada, así que tampoco saben el porqué de sus reacciones.
Dejen caer sus máscaras y acéptense. Con la propia aceptación comenzarán a amarse, y la consecuencia lógica de la aceptación y del amor por ustedes mismos será la aceptación del otro y el amor hacia él.

Una de las tareas más difíciles del ser humano es ser honesto y sincero consigo mismo.

Qué diferente sería la vida si en lugar de centrarse en lo negativo, que es el punto de mira de todos los seres humanos, cambiaran el ángulo y se centraran en lo positivo.
Se ahorrarían mucho sufrimiento inútil
La vida es un gran escenario en el que se llevan a cabo infinidad de papeles, y todos protagonistas.
No existen vidas insulsas ni vidas anónimas. Cada ser es un protagonista en la vida, todas las vidas son interesantes y con contenido.
Cada persona vive la vida que desea vivir. Solo ella es responsable de sus éxitos o sus fracasos.
Todos los seres humanos tenemos los mismos problemas, con ligerísimos matices.
Lo que es bueno para uno es bueno para todos.
Si eres capaz de ver los problemas de tu vecino, e incluso le das consejos, puedes aplicártelos a ti mismo, seguro que te van bien en alguna faceta de la vida.

En el Amor no hay esfuerzo, no hay dolor, no hay sufrimiento, no hay dudas, no hay celos. En el Amor hay sinceridad, hay transparencia, hay comunicación, hay libertad, hay alegría.



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