El viaje del alma

El alma no tiene raza, no tiene religión, solo conoce el Amor y la Compasión.
Todos somos seres divinos, hace miles de años que lo sabemos, pero nos hemos olvidado y,
para volver a casa tenemos que recordar el camino. BRIAN WEISS




viernes, 17 de enero de 2014

El arte de vivir


Una vez terminado el juego,
el rey y el peón vuelven a la misma caja.
    Proverbio italiano.
“El arte de vivir” es la denominación genérica de un grupo de entradas dedicadas a la vida, a la muerte, al amor, a la pareja, a los hijos, a la felicidad, al sufrimiento, etc., etc., etc. En suma, es un aprendizaje para vivir feliz, y para dejar atrás el miedo a la muerte. La felicidad, el bien vivir y el bien morir, es un arte que hay que aprender, y como no nos lo enseñan desde la cuna hemos de aprenderlo ahora. Pero todos los momentos son los adecuados, nunca es tarde para nada. Y sobre todo, hemos de tener en cuenta que tampoco tenemos edad; porque son muchas las personas que nos hemos encontrado, que ante cualquier enseñanza comentan: “Yo ya no tengo edad”. Siempre se puede intentar cualquier cosa y sobre todo una enseñanza espiritual, porque el ser humano no tiene edad, es atemporal, es eterno.
Todas las entradas van a ser un poco más de lo mismo, así que si esperas encontrar algo nuevo, deja de leer, no pierdas el tiempo, porque el tiempo perdido ya no puede recuperarse. Lo que si intentaremos será dar pautas en cada concepto que vayamos tratando, para ir subiendo cada peldaño con la seguridad de no caer, y en el caso de tropezar, tener la fuerza suficiente para volver a levantarse. Podríamos incluso resumir “el arte de vivir” en una sola palabra: Amar, porque ese va a ser nuestro objetivo final. Si uno solo de los que estáis ahora leyendo esto, lo consigue, habrá merecido la pena.
Es importante para convertirse en auténticos artistas de la vida, tener claro que es la vida y tener claro que es un Ser Humano. De momento aunque sea a nivel intelectual, es suficiente saber que la vida es un lugar de aprendizaje, y que el ser humano es a imagen y semejanza de Dios. Más adelante veremos que hay que aprender en la vida, y que significa ser a imagen y semejanza de Dios. Sabemos lo difícil que es para los seres humanos integrar su divinidad en la creencia adquirida, pero también sabemos que se puede conseguir. No hay nada que no consiga un ser humano, que no puedan conseguir el resto, por una sencilla razón, todos somos iguales, (y más de uno lo ha conseguido). Como el ser humano es especialista en buscar los fallos, seguro que más de uno está pensando: “Pues yo podría dar ejemplos de personas que no lo van a conseguir nunca”. Además es cierto, pero también comentaremos las excepciones y las razones por las que eso pasa.
Como aperitivo vale el siguiente símil para comenzar a familiarizarse con lo que es la vida.
            La Tierra es un enorme escenario en el que se interpreta de manera simultánea la vida completa de siete mil millones de actores.
            Para la escenificación de la obra, los actores preparan con anterioridad y minuciosamente su actuación, eligiendo el papel, eligiendo el momento preciso para su aparición en el escenario, eligiendo el momento de la finalización de su papel, eligiendo cada uno de los momentos estelares, así como todas las escenas, que encadenadas llevan al actor a la realización de toda la obra.
            De la misma manera, para su aparición en escena, cada actor elige su vestuario. Se da un cuerpo con unas características determinadas, necesarias para la realización de su papel.
            Por lo tanto, todos los actores aparecen en el escenario con el vestuario elegido por ellos mismos y con el libreto aceptado y consensuado con su Director.
            Sin embargo, a pesar de estar todo planificado, organizado, consensuado y aceptado, el Director se encuentra con que al poco tiempo de iniciada la obra, los actores, no recuerdan el papel, no están conformes con su vestuario, se creen que la obra es la auténtica realidad olvidando que están representado el papel de su vida, viviendo de manera ilusoria cada escena como si de una realidad se tratara.
            Y el Director, que siempre ha creído en sus actores y les ha permitido la improvisación, se encuentra con una obra que muy pocos actores consiguen finalizar según el guión. Por cierto, el Director de la obra es Dios.
            Cuando los actores finalizan la obra y dejan el escenario, viven su autentica realidad, siendo entonces conscientes de que han represando una obra completamente distinta al libreto original, y que por exigencias del contrato, deberán volver a representar nuevamente.
            Ser conscientes de que la vida en la Tierra es una ilusión es la primera condición para el aprendizaje de una vida feliz.
Volveremos en la siguiente entrada a tratar sobre lo que es realmente la vida, y como llega a ella el ser humano.

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