El viaje del alma

El alma no tiene raza, no tiene religión, solo conoce el Amor y la Compasión.
Todos somos seres divinos, hace miles de años que lo sabemos, pero nos hemos olvidado y,
para volver a casa tenemos que recordar el camino. BRIAN WEISS




martes, 11 de octubre de 2011

Come. reza, ama

            Hoy he vuelto a ver esta película por segunda vez y todo lo que ha fluido después  ha sido un estado de paz y felicidad.

Recuerdo cuando la vi por primera vez, en el cine, en Europa, mientras vivía una vida que ahora me queda  lejana. Entonces todavía creía que, lo que le ocurría a la protagonista eran cosas que apenas sucedían  en la realidad y si era el caso, sólo les pasaba a personas muy especiales y, sobretodo muy, muy valientes.
            Recuerdo muy bien aquel estado de plenitud que parecía inundarme por unos días tras leer un determinado libro o ver  una película o un reportaje de alguien especial. Una  sensación de plenitud y de fe que me hacía soñar y decirme a mi misma ¿Por qué no? ¿Por qué no puede ser posible? Pero apenas era una ilusión efímera que en pocas horas o días se desvanecía al observar  la corriente de mi vida y sintiéndome atrapada en mil y una obligaciones cotidianas. Sólo, de vez en cuando volvía a mi mente el recuerdo de aquel sueño y suspiraba.
Bien pues, hoy, poco más de un año después todas aquellas sensaciones, sueños e ideales que tenía son una realidad que va más allá de cualquier ficción imaginada o creada. Hoy soy la protagonista de la película de mi vida y ya no necesito un libro o una película para soñar, porque hoy,  actúo, siento,  amo y obro en mi vida. Y ese milagro del que estoy hablando es el mío, ahora y aquí, pero también es el tuyo ahora y aquí. En lo que sea que estés haciendo, que estés pensando, que estés viviendo,  tu eres el único y especial protagonista de tu vida.
Quizá tu también hayas visto esta u otra película parecida o leído cualquier libro que te ha hecho suspirar, soñar, creer en “algo” y hasta llorar, ya sabes de lo que estoy hablando. De hecho, todos  alguna vez, sino muchas, compartimos con nuestros  amigos, conocidos y/o nuestra familia lo que nos ha hecho sentir una película y a veces el sueño se hace colectivo. La pena es que a menudo, de una tarde compartida hablando de lo que sentimos, dedicamos un tiempo corto a soñar y demasiado a pisar nuestros propios sueños y el de quiénes tenemos enfrente. Y nos apoyamos en esa tarea como si el hecho de dejar de soñar nos hiciera más auténticos o más realistas.
Que sepas que yo, como tantos, estuve muchos años haciendo lo mismo que tú, hasta decir basta. Y no te creas que seamos muy diferentes. Para nada. Realmente   la única diferencia, hasta hoy, entre tú y yo no es la valentía ni ser más o menos especial. No. La única diferencia es que en una de tantas oportunidades que nos da la vida, un día me atreví a creer que todo era posible. Que era digna de amar y ser amada, digna de sentir por mi misma y no a través de la vida de nadie. Digna de decir sí al abismo de lo desconocido que, en mi interior, ya moraba desde hacía tanto tiempo y me hacía soñar que todo era posible. Sólo fue un entregarme a mi propia vida de manera absoluta, sin reservas, con la certeza que nunca estamos solos.  Y aún una cosa más, tal y como reza una frase de esta película: Muchas veces perder el equilibrio por amor es parte de vivir una vida con equilibrio." Medítalo en tu silencio.
Hoy pues el mensaje de la película ha tenido un eco diferente. Ya no he sentido la vida como un sueño imposible, ya no me he quedado suspirando sabiendo que luego todo “volverá a la normalidad”, ya no ha despertado en mí  una sed impaciente que nos lleva a buscar la felicidad en el lugar equivocado.  Hoy, el mensaje, ha sido la constatación interior que todos estamos en el mismo camino, que todos somos protagonistas de nuestra vida en este planeta, que todos somos únicos y especiales con una misión que cumplir. Y que da  igual cual sea esa misión (cuidar a nuestro padres, a nuestro hijos, buscar trabajo, estudiar, etc.) pues es la tuya. Dependerá sólo de cómo la realices que se convierta en única y especial para continuar abriéndote las puertas de tu felicidad permanentemente.   
Me quedo con uno de los fragmentos finales de ésta película:
“Una fuerza de la naturaleza que se rige por leyes tan reales como la ley de la gravedad. La regla de la física de la búsqueda viene a decir algo así: Si tienes el valor de dejar atrás todo lo que te protege y te consuela, lo cual puede ser cualquier cosa como tu casa o viejos rencores, y embarcarte en un viaje en búsqueda de la verdad, ya sea hacia lo interior o lo exterior, y si estás dispuesto a que todo lo que te pase en ese viaje te ilumine, y si aceptas como tu maestro a todo el que te encuentres en el camino, y si estás preparado sobre todo a afrontar y a perdonar algunas de las realidades muy duras de ti mismo, entonces la verdad no te será negada”.
Entrada publicada por Elisenda Julve.  


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