El viaje del alma

El alma no tiene raza, no tiene religión, solo conoce el Amor y la Compasión.
Todos somos seres divinos, hace miles de años que lo sabemos, pero nos hemos olvidado y,
para volver a casa tenemos que recordar el camino. BRIAN WEISS




jueves, 4 de noviembre de 2010

Tolerancia si, mejor igualdad

Algunos representantes de nuestra sociedad, aunque desgraciadamente muy pocos, tratan de inculcar a esta sociedad la práctica de la tolerancia.
Pero ¿qué es tolerancia? Podríamos decir que tolerancia es soportar o respetar a otros que tienen unas creencias, unas normas o unos valores distintos a los tuyos. O que tolerancia es aceptar a otros que tienen actitudes distintas frente a los valores propios. O también que tolerancia es escuchar y comprender el valor de las distintas formas de entender la vida.
Para que exista tolerancia es necesario el conocimiento del otro, ya que el miedo y la ignorancia son las raíces de la intolerancia y de la incomprensión. Para que exista tolerancia es imprescindible el respeto aunque no exista entendimiento entre las partes, sobre todo cuando no existe ese entendimiento.
Por lo tanto, toleramos al que consideramos distinto, por cualquier causa: distinta creencia religiosa, distinta forma de entender y organizar la sociedad, distinta raza, distinta tendencia sexual, distinta cultura, etc., entrando en este etcétera todas las distinciones que a cada persona se le pudieran ocurrir.
Así que parece claro: “Ante aquello que nos parece distinto, hay que aplicar la tolerancia”. Pero te propongo una actividad diferente: ¿Y si en vez de trabajar para soportar, para aceptar, para respetar, para conocer, en suma para tolerar; trabajas para que no haya distinción, trabajas para que exista la igualdad? Si empiezas a ver al distinto como a un igual, ya no tienes que tolerar al otro más que a ti, ya sois iguales.
¿Sabes lo que pasaría si en vez de tolerancia hubiera igualdad?: No habría guerras ni habría hambre, porque todos los recursos serían compartidos; reinaría la paz y la concordia, y en vez de pasarte la vida luchando para defender o vigilar lo tuyo, sólo te ocuparías en ser feliz.
Una sola persona puede cambiar el mundo. Empieza a cambiar, tu cambio hará que cambie tu entorno, y después empezará a cambiar el entorno de esos que han cambiado contigo, y se extenderá de manera exponencial hasta que todo el mundo haya cambiado. ¡No esperes más!, todos los que están a tu alrededor son iguales que tú. ¡Hazlo ahora!

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