El viaje del alma

El alma no tiene raza, no tiene religión, solo conoce el Amor y la Compasión.
Todos somos seres divinos, hace miles de años que lo sabemos, pero nos hemos olvidado y,
para volver a casa tenemos que recordar el camino. BRIAN WEISS




lunes, 1 de noviembre de 2010

Nuestra misión

La planificación de una vida en la Tierra es una tarea extraordinariamente compleja, ya que se ha de programar cada encuentro, cada situación, cada circunstancia, cada interacción.
Piensa por un momento en todas las personas que tienen o han tenido algo que ver en tu vida, piensa en todas las personas que se han relacionado contigo a través de la familia, los estudios, el trabajo, la diversión, las aficiones, etc., etc. Pues cada uno de esos encuentros, cada situación, cada circunstancia, ha sido minuciosamente planificado, haciendo coincidir en el tiempo y en el espacio a todas y cada una de esas personas, y haciéndolas coincidir en las situaciones específicas para cada una; unas han de ser padres de…. y abuelos de…., a la vez que compañeros de estudios de…., y vecinos de……. Párate un momento y piensa en el entramado de relaciones que existe en tu vida, como has ido conociendo a las personas, como unas te han acercado a otras o como has ido alejándote de algunas; si eres consciente de todo eso, verás la grandeza y la sincronicidad que existe………………. pues como la tuya hay otros siete mil millones de almas en el planeta que tienen la misma planificación.
Y todo este ingente trabajo, ¿para qué? Todo este trabajo, toda esta planificación, todo este entramado que nos enlaza a los unos con los otros, ¿qué objeto tiene? Sólo uno,  facilitarnos  la consecución de nuestro objetivo, el mismo para todos: Convertirnos en Amor, vivir desde el Amor, sentir el Amor por todo y por todos.
El resto de lo que llamamos “nuestra misión”, sanador/a, clarividente, comunicador/a, guía espiritual, etc.; los trabajos kármicos, la construcción del carácter, el crecimiento interior o el desarrollo de la conciencia, sólo son muletas en las que apoyarnos para ir eliminando bloqueos energéticos que nos permitan llegar a la energía del Amor.
Pero si tienes claro este camino, camina en línea recta, empieza a vivir las veinticuatro horas del día como si ese Amor ya estuviera en ti, y todo lo demás se va a ir recolocando en su lugar o eliminándose de manera mucho más sencilla que si trabajarás cada aspecto por separado. Es un trabajo duro, pero sólo hay que estar despiertos, ¡Suerte!.

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